El 21 de octubre de 1952 marcó un episodio trágico en la historia de Venezuela con el asesinato de Leonardo Ruiz Pineda, una de las figuras más emblemáticas en la lucha por la democracia durante la dictadura militar del general Marcos Pérez Jiménez. A 72 años de su muerte, su vida y legado continúan siendo una inspiración para los movimientos en defensa de la libertad y la justicia en el país.
Por lapatilla.com
Ruiz Pineda nació el 28 de septiembre de 1916 en *Rubio, estado Táchira. Desde joven mostró una profunda inquietud por los asuntos sociales y una vocación de servicio público. Cursó estudios de Derecho en la Universidad Central de Venezuela (UCV), donde se vinculó con movimientos estudiantiles y políticos que comenzaban a cuestionar las estructuras autoritarias del país. En esa época, su capacidad intelectual y liderazgo natural lo acercaron al partido Acción Democrática (AD), del cual llegaría a ser una figura fundamental.
Con la caída del gobierno democrático de Rómulo Gallegos en 1948, un golpe militar encabezado por una junta cívico-militar dio inicio a un régimen de represión que persiguió a los miembros de AD y a cualquier oposición. Ruiz Pineda se destacó como un dirigente de gran valentía al asumir la *Secretaría General de Acción Democrática* en la clandestinidad, luego de que el partido fuera ilegalizado. Su trabajo consistió en reorganizar la estructura del partido, mantener la comunicación con militantes perseguidos y establecer canales para promover la resistencia pacífica.
Desde la clandestinidad, Ruiz Pineda fundó “El Heraldo”, un periódico clandestino que se convirtió en una herramienta clave para denunciar las arbitrariedades del régimen y mantener informada a la población sobre los ideales democráticos. Su papel en la oposición lo colocó en el centro de la represión del gobierno, que no dudó en intensificar su persecución. En medio de este contexto de peligro constante, Ruiz Pineda se convirtió en símbolo de la resistencia frente a un régimen cada vez más represivo.
Finalmente, el 21 de octubre de 1952, agentes de la Seguridad Nacional (el cuerpo represivo del régimen) lo localizaron en Caracas. Durante un operativo para capturarlo, fue asesinado a sangre fría en las calles de la ciudad. Su muerte no solo representó una pérdida irreparable para la lucha democrática, sino que también dejó en evidencia la brutalidad del régimen. Sin embargo, su sacrificio inspiró a muchos otros a continuar la resistencia, que finalmente culminó con el derrocamiento de Pérez Jiménez en 1958.
El legado de Leonardo Ruiz Pineda no se limita a su valentía en la lucha clandestina. Su compromiso con la libertad, la democracia y los derechos humanos sigue siendo un ejemplo para las generaciones posteriores. Su vida nos recuerda la importancia de defender los valores democráticos, incluso en las circunstancias más adversas. En reconocimiento a su labor, su nombre ha sido inmortalizado en múltiples espacios públicos, instituciones educativas y plazas en todo el país.
A 72 años de su asesinato, *Leonardo Ruiz Pineda* sigue vivo en la memoria colectiva de Venezuela, como un hombre que dio su vida por la causa de la libertad y que permanece como un referente en la historia democrática del país.