El avance de la tecnología ha irrumpido en múltiples áreas de nuestras vidas, y el mundo de las relaciones íntimas no es la excepción. Un artículo reciente publicado por El Clarín ha puesto en el centro de la discusión un fenómeno que, aunque parecía de ciencia ficción, es ya una realidad: la contratación de robots sexuales.
Por: El Clarín
El caso que ha desatado la controversia es el de un hombre que, después de alquilar a una “amiga” robótica para satisfacer sus necesidades sexuales, decidió llevar la relación a otro nivel al investigar su ADN para tratar de predecir si en el futuro podría encontrar una pareja compatible.
Aunque el artículo no reveló la identidad del protagonista, este caso plantea un escenario en el que la tecnología no solo se limita a proporcionar compañía temporal, sino que incluso promete influir en la búsqueda del “amor verdadero” a través de análisis genéticos y algoritmos avanzados.
En los últimos años, los robots sexuales han ganado terreno en el mercado, con modelos cada vez más sofisticados que ofrecen interacciones casi humanas, desde respuestas emocionales programadas hasta características físicas personalizables.
Estos robots no solo son comprados, sino que también son alquilados, lo que abre un nuevo abanico de posibilidades para las personas que buscan experiencias íntimas sin las complicaciones de las relaciones humanas tradicionales.
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