En los vastos paisajes helados del Ártico, los osos polares han sido durante mucho tiempo un símbolo de resistencia ante las condiciones extremas. Sin embargo, en las últimas décadas, el calentamiento acelerado de esta región está exponiendo a estos majestuosos depredadores a nuevas amenazas invisibles: parásitos, bacterias y virus que antes no formaban parte de su entorno cotidiano.
Por Infobae
Según un estudio publicado en la revista PLOS ONE, el cambio climático está transformando el ecosistema ártico, y con ello, los osos polares están enfrentando una mayor exposición a diversos patógenos a través de sus fuentes de alimentación.
Según The Washington Post, el Ártico se está calentando cuatro veces más rápido que el resto del mundo, lo que provoca que las condiciones más suaves permitan la proliferación de patógenos en un entorno donde antes no podrían haber sobrevivido.
Según indicó el medio británico BBC, a medida que el hielo marino se derrite más temprano en primavera y tarda más en formarse en otoño, los osos polares se ven obligados a pasar más tiempo en tierra, lejos de sus fuentes tradicionales de alimento, lo que los lleva a consumir basura y comida humana.
Esto no solo altera su dieta, sino que también los expone a patógenos potencialmente peligrosos que podrían afectar su salud. Además, el deshielo del suelo y del permafrost podría estar liberando microbios atrapados durante milenios, incluyendo bacterias letales como el ántrax.
Aunque todavía no está claro cómo la mayor exposición a patógenos está afectando la salud de los osos polares, los investigadores sugieren que este es solo un ejemplo más de las múltiples formas en que el cambio climático está alterando el equilibrio natural del Ártico. A pesar de que los osos polares son conocidos por su resistencia ante las enfermedades, la creciente prevalencia de parásitos, virus y bacterias podría estar aumentando su vulnerabilidad frente a otros factores de estrés ambientales.