Con indumentaria blanca y globos del mismo color, un grupo de familiares de los detenidos el pasado 29 de julio, protestaron en la plaza Ayacucho de Maturín para exigir a Nicolás Maduro la liberación de los jóvenes, a casi tres meses de su aprehensión.
Por: Corresponsalía lapatilla.com
“No les pedimos, les exigimos, porque ya basta de esto. Los jóvenes de Monagas no son terroristas, como todos los jóvenes detenidos injustamente ese día después de elecciones. ¿Qué va a esperar? Que alguno de ellos atente contra su vida, como ya muchos han querido hacerlo”, manifestó Rosa Campos, una de las madres de los jóvenes.
Indicó que muchos de estos muchachos son estudiantes universitarios y trabajadores a quienes el régimen les ha truncado su futuro con estos encarcelamientos. Recordó que en el estado Monagas fueron 29 los jóvenes apresados y, en el caso de su hijo, a pesar de haber presentado pruebas de que no estaba protestando, sino regresando de su trabajo, no fueron tomadas en cuenta por el tribunal.
Por su parte, Noris Saavedra, abuela de otro de los jóvenes detenidos, envió un mensaje a las esposas de los altos funcionarios del chavismo para que, como madres, vean el dolor de todas aquellas que tienen a sus hijos detenidos injustamente.
Desde que están encarcelados en la cárcel de Tocorón, solo los han podido ver en dos ocasiones; este viernes sería la tercera visita que apenas es de 10 minutos a través de un vidrio, muy al estilo de las cárceles estadounidenses.
“Tengo 72 años y jamás había visto esto. Es una dictadura la que vivimos porque no tenemos libertad de expresión. Y ese es el delito que ellos cometieron: pensar diferente y eso es un derecho que tenemos consagrado en la Constitución. En el caso de mi nieto, regresaba del trabajo y cuando vio la protesta, como todo joven, se paró a ver qué estaba ocurriendo y se lo llevaron preso para acusarlo de terrorista”, expresó Saavedra.
Miguel Zerpa, padre de otro detenido, contó que su hijo de 18 años, joven universitario y deportista, regresaba de la academia de fútbol y al ver lo que ocurría en uno de los puntos de protesta, se detuvo a observar y a los pocos minutos, efectivos de la GNB se lo llevaron detenido.
“Lo agarraron porque tenía la nariz tapada por el olor de las lacrimógenas. Aquí en Monagas no hubo nada, ni saqueo ni destrucción de ninguna área, y menos tumbaron estatuas, como se puede ver. Liberen a nuestros hijos, es lo que queremos. Esos muchachos que están perdiendo su semestre de universidad, están perdiendo su trabajo”, precisó Zerpa.
Su esposa se encuentra en Valencia viviendo en casa de su hermana para poder ir hasta Tocorón y evitar mayores gastos en pasajes. Las visitas apenas son cada 15 días y comenzaron hace casi mes y medio.