El increíble hallazgo de un niño de 14 años que hizo una fortuna por caminar mirando al suelo

El increíble hallazgo de un niño de 14 años que hizo una fortuna por caminar mirando al suelo

Kalel Langford con el diamante Superman en el Parque Estatal Cráter de Diamante, donde lo halló

 

Aunque la fortuna a veces aparece de forma azarosa, por lo general hay que buscarla. A veces, aunque todo el esfuerzo sea caminar con la vista clavada en el suelo. Y eso fue lo que sucedió con Kalel Langford. Durante buena parte de sus primeros 14 años, el joven soñó con visitar el Arkansa’s Crater of Diamonds State Park (Parque Estatal Cráter de Diamantes de Arkansas). El sitio queda cerca de Mursfreeboro, sobre la autopista 301, a 360 kilómetros de su casa de la localidad de Centerton, del mismo Estado. El lugar tiene su encanto, y una promesa que oficia de imán: es la única mina de piedras preciosas del continente americano donde el que halla un diamante, se lo queda. Y hasta proveen de las herramientas básicas necesarias para convertir a un visitante en un minero aficionado.

Por infobae.com





De sus arroyos, entre el barro de la orilla y las piedras de sus 15 hectáreas ubicadas sobre las bases de un viejo volcán, ya fueron desenterradas 75 mil gemas preciosas. En el mundo sólo hay ocho lugares de este tipo que son más grandes. El primero en hallar un diamante allí fue John Huddlestone, en 1906. El pionero era dueño de esas tierras. Luego, las hectáreas de su propiedad pasaron por muchas manos hasta que el Estado las compró y las convirtió en un Parque Estatal en 1972.

Kalel siempre fue un joven inquieto, que sentía fascinación por los minerales, por el paisaje casi lunar del Parque y lo que podía contener. La ocasión se presentó cuando viajó a un torneo de béisbol —donde aún se destaca como jardinero derecho— en la ciudad de Magnolia con su escuela, Live Way Christian School. Hasta allí llegó junto con su padre, Craig y su madre Michelle. La sede del encuentro está a una hora y media del lugar del hallazgo.

El sábado 11 de marzo de 2017, su partido finalizó temprano. Con tiempo libre por delante, el joven convenció a su familia y fueron a visitar el fabuloso lugar.

Junto a sus padres pagaron los 10 dólares de la entrada (hoy, siete años después, cuesta 13 dólares). Por cierto, cada centavo fue amortizado. Media hora después de ingresar, Kalel caminaba junto a un arroyo en la parte sur del parque, sin dejar de posar su vista en el suelo. De repente, algo lo detuvo. Una piedra marrón, entre el barro, que brillaba más que el resto. “Estaba a sólo unos centímetros del arroyo, junto a un montón de otras piedritas del mismo tamaño”.

Se agachó, la recogió y antes de guardarla en su bolsillo llamó a su padre. Luego, Craig explicó: “Su color era tan oscuro que no estábamos seguros si era un diamante, pero sabíamos que debíamos hacer que lo revisaran”.

Se dirigieron a la oficina de hallazgos del Centro de Descubrimiento de Diamantes. Allí, Kalel se enteró que había hecho un hallazgo espectacular: un diamante de 7,44 quilates, el séptimo más grande en la historia del parque.

Quien los atendió fue el intérprete del parque, Waymon Cox: “Las condiciones eran ideales para que Kalel lo hallara. Había llovido durante la semana en el área de búsqueda. Y una lluvia fuerte puede hacer que los diamantes más grandes queden cerca de la superficie. Tienen un brillo metálico y en esas condiciones son más fáciles de detectar”.

La piedra fue descrita por Cox a un periódico local: “El diamante que encontró Kalel es del tamaño de un poroto, Su color es marrón oscuro, como el del café. Está como esmerilado y su forma es parecida a una almohada o un barrilete”. El valor de mercado de la piedra en bruto fue estimado en USD 200 mil. Tallado, podría más que duplicar esa cifra.

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