Abhinav Arora, un niño de 10 años que se autoproclama ‘Bal Sant Baba’ (niño santo) con más de un millón de seguidores en las redes sociales, ha atraído el foco de atención hacia su breve pero popular carrera convencido de ser blanco de amenazas de muerte de la banda delictiva del gánster Lawrence Bishnoi en la India.
Arora, que asegura ser el orador espiritual más joven de la India, ganó la atención de los medios e internautas hace unos años gracias a un video de él llorando frente a un ídolo de Ganesha, uno de los principales dioses de la mitología hindú, representado con cuerpo de hombre y cabeza de elefante.
“Jaldi aana (ven pronto)”, dice el niño que llora desconsolado frente al ídolo.
Desde entonces ha estado atrapado entre la controversia y la admiración por las excesivas muestras de su fervor religioso y sus ocurrentes apariciones o bailes en redes sociales.
Una nueva ola de indignación se ha despertado esta semana tras un video de un evento religioso en el que se ve al líder espiritual Swami Rambhadracharya pidiéndole a Arora que abandone el escenario, por su falta de decoro mientras bailaba e interpretaba cantos religiosos.
Los ataques han traído consigo amenazas de la banda del gánstger indio Lawrence Bishnoi, encarcelado en 2014, vinculada a cientos de ataques y tiroteos violentos, según la madre del niño religioso. La banda de Lawrence Bishnoi también ha efectuado amenazas recientemente al actor de Bollywood Salman Khan y el legislador Pappu Yadav.
“Hoy recibimos una llamada del grupo Lawrence Bishnoi en la que nos amenazaban con que matarían a Abhinav. Anoche recibimos una llamada que no pude escuchar. Hoy recibimos un mensaje del mismo número diciendo que matarían a Abhinav”, dijo la progenitora en una declaración a la agencia de noticias india ANI.
“Hay caos fuera de la casa (…) hay una amenaza de muerte (…) ¿cuánto tiempo lo toleraremos?”, dijo por su parte a los medios Abhinav Arora que vive con sus padres en Nueva Delhi.
Sin embargo, ningún miembro de la banda de Lawrence Bishnoi ha asumido públicamente la responsabilidad por las supuestas amenazas.
EFE