La campaña electoral en Estados Unidos ha ubicado a la inmigración como centro de atención de la búsqueda de votantes en ambos bandos, mientras candidatos demócratas y republicanos chocan en distintas posturas sobre un asunto con múltiples matices, según un compilado de estudios divulgado por el Instituto de Políticas Migratorias (MPI).
Por Tomás Guevara | Voz de América
Según la investigación del MPI, los resultados electorales “seguramente tendrán profundas consecuencias en la forma en que el país con la mayor población inmigrante del mundo gestiona sus fronteras, recibe a los recién llegados, trata con otros gobiernos sobre la inmigración y se relaciona con los millones de inmigrantes que llevan mucho tiempo asentados” en el país.
Los temas más candentes durante la contienda incluyen afirmaciones consideradas como falsas, referidas a que los inmigrantes indocumentados votan durante los comicios o que generan una carga para EEUU. Sin embargo, datos reflejan una realidad diferente.
La influencia de extranjeros en la economía
La situación económica ha sido otro de los temas polémicos durante la presente campaña, con acusaciones que van desde que los inmigrantes presuntamente “roban” los puestos de trabajo de los nacidos en EEUU hasta que representan una carga para el gobierno.
La investigadora Julia Gelatt ofrece en un análisis sobre este punto, con información compilada y validada por otras investigaciones y que muestran que la realidad sería opuesta a los postulados antiinmigrantes.
Gelatt explica que analizar los impactos económicos y fiscales de la inmigración “es una tarea compleja”, pero, en términos generales, la llegada de extranjeros no es sino “un factor positivo neto para la economía estadounidense”, que además garantiza continuar con las tasas de crecimiento económico y demográficas en el futuro.
Los inmigrantes ensanchan el número de emprendedores en el país, como una particularidad muy marcada comparada con los nacidos en EEUU y también contribuyen en un alto porcentaje al desarrollo de patentes industriales, de acuerdo con los hallazgos del MPI.
“Los nacidos en el extranjero también inician nuevos negocios a tasas más altas que las personas nacidas en Estados Unidos. Los inmigrantes participaron en el desarrollo del 30 % de las patentes en industrias estratégicas en los últimos años, y más del 40 por ciento de las empresas de Fortune 500 fueron fundadas por inmigrantes”, explica la investigadora.
A ello, se suma que la inmigración impulsa el crecimiento de empleo y la productividad. La Oficina de Presupuesto del Congreso de Estados Unidos ha calculado que la inmigración proyectada entre los años 2024 y 2034 “aumentará el Producto Interno Bruto (PIB) en 8,9 billones” de dólares.
¿Una carga o una ganancia para el gobierno?
A nivel de inversión social, los inmigrantes representan costos para los gobiernos locales, sobre todo en temas de educación pública y algunos servicios de salud. Dicho eso, sin embargo, la investigación indica que las retribuciones con impuestos y aumento en el consumo tienen un efecto beneficioso para la economía en general, más allá de esos costos.
“Incluso los inmigrantes no autorizados que carecen de permiso para trabajar pagan esos impuestos, además de los impuestos sobre las ventas y la propiedad; muchos abonan en la contabilidad utilizando un número de Seguro Social falso o el que pertenece a otro trabajador, y como resultado pagan impuestos sobre ingresos”, considera la investigación.
Los analistas han concluido que los inmigrantes “pagan más en impuestos a lo largo del tiempo de lo que gastan en servicios gubernamentales”, según estudios de la Academia Nacional de Ciencias.
La fuerza laboral en Estados Unidos ha crecido en los últimos 24 años gracias a los inmigrantes, de acuerdo con la Oficina del Censo de EEUU, que estima que entre los años 2000 y 2022 los “nacidos en el extranjero representaron casi tres cuartas partes de todo el crecimiento de la fuerza laboral en edad productiva” para la franja de población entre 25 y 54 años.
Los datos oficiales también indican que las presunciones de que los inmigrantes están quitando los puestos de trabajo a los ciudadanos estadounidenses son una falsedad, pues los estudios reflejan que los inmigrantes se suman a la fuerza laboral en áreas que los nativos no quieren desempeñar por las condiciones laborales o por los salarios bajos.
“Algunos inmigrantes tienen habilidades de las que carece la mayoría de los trabajadores estadounidenses, mientras que otros ocupan puestos que no son atractivos para los trabajadores estadounidenses”, afirma Gelatt.
“Los trabajadores estadounidenses que enfrentan la competencia más directa de los inmigrantes son aquellos que no tienen diploma de escuela secundaria”, acota la investigadora.
¿Los inmigrantes indocumentados van a las urnas?
La investigadora Kathleen Bush-Joseph, por su parte, considera que las afirmaciones hechas en la campaña republicana en cuanto a que “millones” de inmigrantes presuntamente ingresan al país para votar son una “suposición infundada” si se compara con la realidad de los datos presentados por las autoridades electorales en diferentes estados.
“Las auditorías emprendidas por funcionarios estatales y los estudios de organizaciones no partidistas (e incluso conservadoras) han encontrado que el fraude electoral por parte de no ciudadanos es, como lo describió una organización, ‘extremadamente raro’”, sostiene Bush-Joseph.
De hecho, los arqueos de “incidentes” indican que las autoridades han bloqueado algunos intentos de registros hechos más por “error y desconocimiento”, pero que han representado un porcentaje ínfimo de casos consumados.
“Los funcionarios electorales informaron que sólo el 0,0001 % de los 23,5 millones de votos emitidos en 42 jurisdicciones encuestadas correspondían a votantes no ciudadanos, según un estudio del Brennan Center for Justice, sobre las elecciones de 2016”, precisa el compilado del MPI. Ello indicaría que 23 personas votaron en esa elección sin estar autorizadas para hacerlo.
Estados como Georgia han ofrecido un balance total de casos desde 1997 a 2022 de inmigrantes que intentaron registrarse para votar pero fueron bloqueados por no presentar las pruebas de ciudadanía, y que nunca emitieron votos; en esos 25 años el número de casos fue de 1.634.
Desde 1924, todos los estados prohíben a los no ciudadanos votar en elecciones federales, pero en 1996 el Congreso agregó sanciones penales con cargos federales de prisión hasta por cinco años, incluso si sólo se registran como electores.
El estudio de MPI también aborda otros temas espinosos que han concentrado parte de la campaña electoral, como la inmigración y el crimen, la carga pública y otros temas que temas para convencer a los votantes que acuden a las urnas.
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