A 90 días de las jornadas electorales del 28 de julio, juicios derivados de “análisis realistas” se distancian de lo que está ocurriendo en el percepción colectiva que afirma, consolida, la convicción del triunfo de la voluntad soberana del pueblo el 28J representado por Edmundo Gonzale Urrutia y la victoria de la democracia y la derrota palmaria, terminante de Nicolás Maduro. Basan sus “análisis” tanto en obviedades truculentas del oficialismo como en el pesimismo endémico que infecta sus fuentes de apoyo. Uno, todo indica, dicen, que NM se juramentará el 10E; otros señalan que no ocurrirá una convulsión política que ponga en cuestión la gobernabilidad del régimen y descoloque el posicionamiento actual de las FAN; como tampoco sucederá que las manifestaciones de la comunidad internacional trasciendan lo mero declarativo.
Previamente hay que señalar, en una referencia teórica, que el análisis comparativo permite al analista (como creo debería sostenerse la pesquisa para una visión analítica) _conocer_ y _conocerse_, en otras palabras: este _conocer_ es conocer al otro, desmontando lo tendencial de la propaganda, el mito cultivado en el tiempo por la ideología y/o desestimar el ritornelo publicitario frente a la realidad. El _conocerse_ nos direcciona a diferenciar de la generalización el comportamiento de nuestro propio sistema y la conducta política.
Visto así, podemos inferir otra mirada, procesal, en un recorrido causa-efecto, concluyendo que:
i) NM declaró su pretensión arbitraria de juramentarse el 10E, luego -según él- del clamoroso triunfo del 28Jul., sin presentar las evidencias válidas y demostrables de su fementido triunfo: las actas electorales, contra las cuales se ha levantado un telón represivo para silenciar lo que se sabe que todos saben: que perdió vergonzosamente.
ii) La convulsión política que “losjanalistas” -cultores del desconcierto y el pesimismo- dicen que no ha ocurrido ya ocurrió y en dos categoría políticas diferentes: una, el 22Oct-2023, con la elección primaria, se explicita un paradigma emergente de una nueva arquitectura de hacer política, construir liderazgo y generar poder político, basado en una conexión sustantiva compuesta por la trilogía: consistencia política reputacional-percepción emocional-sociedad; y una narrativa de ruptura con el régimen. La otra categoría, irrumpió el 28Jul-2024, materializándose el cambio político por vía sufragista frente al autoritarismo hegemónico del régimen, lo cual resignifica el proceso de confrontación democracia-totalitarismo.
iii) La acción internacional no es mero declarativa, ni jurídica ni políticamente. Está funcionando en el riel apropiado, con una febril actividad del liderazgo político, social y cultural de exiliados y desterrados, migrantes y amigos de la causa venezolana, tarea al frente de la cual está el propio Edmundo González -presidente electo- y la coordinación internacional con Antonio Ledezma a la cabeza.
En el item “conocerse” -en cuanto al fundamento analítico comparativo- es exigencia derivar desde la visión dominante europeo estadounidense -tanto para determinar la situación presente como las conjeturas hipotéticas- a la realidad nacional interactiva tanto en lo político como en lo socio económico. De esta manera, lo conjetural apunta a lo flamante e inédito de lo que ha ocurrido política y socialmente en Venezuela -en el lapso Primaria a Elección Presidencial- que da cuenta de un reencuentro con la forma histórica particular de lucha de los venezolanos contra la arbitrariedad, la hegemonía oligárquica del poder y la confrontación secular justicia-injusticia como motor de cambio.
Hay una dinámica en proceso que descontextualiza tanto el _establishment_ impuesto por el PSUV-Maduro, como al clasisismo opositor que los definía como aparatos de coordinación y consensualización unitaria atrapada en la unidad instrumental de siglas; expresión de la, también, oligarquización interna de los partidos democráticos.
¿No hay tiempo para una estrategia que impida la coronación de NM el 10E? Esta pregunta ratifica que está crudo el proceso de reconocer nuestra propia política que irrumpió el 22Oct desde la perpectiva que la crisis es crisis de cambio político y que lo que ocurre es lo que el proceso opositor -liderado por MCM y la Plataforma Democrática- quiso que ocurriera que no es otra cosa que la derrota clamorosa del régimen socialista, ya dictatorial.
La pregunta determinante es ¿Cuánto tiempo tiene de crédito NM -indistintamente el 10E- para lograr su pretendida “normalizacion política” basado en la invisibilización del 28Jul; y la instauración de un sistema corporativo pretoriano, en la modalidad híbrida de transpolítica dictatorial posmoderna -tanto en lo jurídico como en lo socioeconómico- y cree una gobernabilidad autoritaria? No tiene tiempo: el mundo sociopolítico venezolano no empieza en enero, si queremos una fecha, empezó el 28Jul. Lo ocurrido el 28Jul puede -con altas probabilidades- volver a ocurrir ahora, pronto o más luego, ya no en las urnas electorales sino por ellas, ya no por el cambio político sino por la arrogante usurpación. Ya no por el valor ante la represion y la muerte sino por miedo a que vuelva la represión y la muerte. No es realismo mágico que el 90+ por ciento de los venezolanos rechaza, desprecia y desconoce a los usurpadores. Es evidencia empírica.
Se está deconstruyendo ¡y surgiendo! una realidad, edificándose la aspiración popular por la democracia, la libertad y el próspero bienestar. Por lo que la analítica comparativa inexorablemente lleva a concluir que hay un cambio político…y que no es posible invalidar la realidad con represión.