Los Angeles Dodgers se proclamaron este miércoles ganadores de la Serie Mundial de Béisbol por octava vez en su historia después de imponerse en el quinto partido por 6-7 a los Nueva York Yankees, después de un encuentro donde iban 5-0 abajo.
Por La Nación
Sin embargo, lo que trascendió al resultado final fue lo ocurrido durante el cuarto juego de esta final tan pareja, en donde un incidente insólito capturó la atención del público. Fue cuando dos fanáticos intentaron arrebatarle una pelota al jardinero derecho de los Dodgers, Mookie Betts, quien había logrado evitar un jonrón de los Yankees en el inicio del partido.
La jugada se dio en el Yankee Stadium, con los Dodgers arriba 2-0. En la primera entrada, Betts estiró su brazo hacia las gradas para atrapar una pelota elevada, algo que consiguió con esfuerzo. Sin embargo, dos hinchas rivales intervinieron inesperadamente: uno de ellos intentó arrancarle la pelota del guante, mientras que el otro lo sujetó del brazo. Las imágenes fueron claras y mostraron que el intento de los fanáticos de interferir con la jugada para quedarse con el balón (algo que ocurre cuando la pelota va más allá de los límites del campo, era infundado, ya que en este caso la pelota no había salido. Ante la situación, el árbitro determinó interferencia, y el bateador de los Yankees fue declarado out.
Los dos fanáticos fueron expulsados del estadio por la seguridad, en medio del abucheo general. Esta inesperada interferencia, sin embargo, no afectó el resultado final del encuentro: los Yankees remontaron el marcador y lograron imponerse 11-4, más allá de que finalmente este miércoles los Dodgers ceraron la serie 4 a 1 y se coronaron.
Al finalizar ese partido, Betts (el hombre que debió luchar por el balón con dos hinchas) minimizó el incidente en sus declaraciones a la prensa: “No importa. Perdimos, es irrelevante. Estoy bien, él está bien, todo está cool. Pero perdimos el juego, eso es lo que lamento”.
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