Kamala Harris y Donald Trump decidieron gastar 93 millones de dólares en publicidad electoral, durante los próximos cuatro días para reforzar su discurso político de campaña, en un escenario de absoluta paridad en los 7 estados que definirán la carrera hacia la Casa Blanca.
Por Infobae
El comité de campaña demócrata contrató espacios publicitarios por 46 millones de dólares a utilizar entre hoy y el martes, mientras que el Partido Republicano decidió gastar 47 millones de dólares en idéntica cantidad de tiempo.
Los avisos electorales correrán en medios tradicionales y redes sociales, y su objetivo es seducir a los votantes indecisos con un discurso vinculado a la economía, la inmigración indocumentada y los derechos de género. Además de reproducir ataques directos que Harris y Trump se hacen entre sí para establecer sus diferencias ideológicas y personales.
-¿Están mejor ahora que hace cuatro años?, preguntó Trump a una multitud que había reunido en un acto en Henderson, Nevada.
-¡No!-, replicaron sus votantes en un solo grito.
A casi tres mil kilómetros de ahí, Harris también cumplía con su guion electoral.
“A diferencia de Donald Trump, no creo que las personas que no están de acuerdo conmigo sean el enemigo. Él quiere meterlos en la cárcel. Les daré un lugar en la mesa”. sostuvo la candidata demócrata en Milwaukee, Wisconsin.
En un contexto de paridad absoluta, la elección presidencial se define en 7 estados: Pensilvania (19 electores), Carolina del Norte (16), Georgia (16), Michigan (15), Arizona (11), Wisconsin (10) y Nevada (6). En la jerga política de los Estados Unidos se los denomina Battlegrounds, y los dos candidatos han recorrido muchísimas veces estos distritos clave para triunfar el 5 de noviembre.
Harris y Trump hoy coincidirán en Carolina del Norte. Este distrito concede 16 electores, y se trata de un escenario político que está atravesado por un escándalo político protagonizado por su gobernador y por las eventuales consecuencias electorales que pudo haber causado el paso del huracán Helene.
Los republicanos han ganado este distrito desde 2012, y en 2020 Trump derrotó a Biden por 74.000 votos. En Carolina del Norte hay paridad técnica entre ambos contendientes, y eso significa que el escándalo causado por Mark Robinson -gobernador de Carolina del Norte- no impactó en las posibilidades electorales de Trump.
Hace una década, Robinson se autodenominado “nazi negro” y expresó su apoyo al retorno de la esclavitud en Estados Unidos, acorde a una serie de mensajes que había posteado en una web pornográfica. Robinson -que es afroamericano- desmintió la información publicada en la CNN.
“Es Martín Luther King con esteroides”, lo apodó Trump, que lo apoya en su reelección como gobernador de Carolina del Norte.
Harris visitará Charlotte, mientras que el expresidente republicano caminará Greensboro y Gastonia.
Los dos intentarán conquistar los votos independientes de afroamericanos e hispanos. Este apoyo es fundamental para ganar las elecciones del próximo martes.
“Me encantan los hispanos, son muy trabajadores, y vaya que son emprendedores, son gente estupenda y son cálidos”, señaló Trump hace dos días. Y remató: “A veces los hispanos son demasiado cálidos, si quieren saber la verdad”.
“Mi oponente también está dando sus argumentos finales. Están llenos de odio y división: insulta a los latinos y culpa a los inmigrantes”, aseguró ayer Harris. Y completó: “Si es elegido, pueden estar seguros de que Trump traerá de vuelta la política de separación de familias, pero será a una escala mucho mayor que la última vez”.