En el último año, la capital peruana viene registrando un aumento en la violencia criminal, donde se ha observado el uso de métodos de intimidación y eliminación empleados por organizaciones delictivas extranjeras. Estos actos incluyen prácticas extremas como la tortura y la mutilación, dejando en evidencia la expansión de organizaciones criminales que, según especialistas en seguridad, buscan ganar control sobre sectores estratégicos de la ciudad, informó el dominical Panorama.
Por: Infobae
En uno de los incidentes más recientes, dos cuerpos fueron hallados carbonizados en el distrito de Chosica. Los testigos afirman que las víctimas llegaron en un vehículo y mototaxis, y tras rociarlos con combustible, los perpetradores huyeron de la escena sin ser interceptados. Este tipo de actos, según las autoridades, sería un método de las organizaciones criminales para sembrar miedo entre sus rivales.
En otro caso, ocurrido en Huachipa, personal de serenazgo halló dos miembros superiores en un contenedor de reciclaje, lo cual generó interrogantes sobre si estos restos corresponden a otra víctima encontrada en otra zona de Lima. Este patrón de ocultar restos en lugares públicos se alinea con tácticas usadas en otras ciudades de América Latina, lo que indica un cambio en la modalidad del crimen en la capital
Las organizaciones criminales extranjeras y su impacto en el país
Según investigadores en criminología, el aumento de prácticas como el desmembramiento y la incineración de cuerpos responde a una estrategia de las organizaciones criminales para reducir la capacidad de identificación de las víctimas y establecer su influencia en territorios urbanos. Estas prácticas buscan, además, dificultar la labor de investigación y contener la identificación de cuerpos, un proceso que los especialistas califican como un intento de desestabilización en la percepción de seguridad en la ciudad.
La llegada de organizaciones extranjeras, como el Tren de Aragua, Cártel de Sinaloa y otros grupos delictivos venezolanos y mexicanos, parece haber influido en la escalada de violencia en Lima. Se trata de organizaciones con una estructura compleja y una red de contactos que facilita el control de rutas y territorios estratégicos. En los últimos meses, estos grupos habrían intensificado su presencia en áreas de alto flujo comercial en distritos como San Juan de Lurigancho y Villa María del Triunfo, donde buscan consolidar sus operaciones y asegurar el dominio de ciertas zonas clave para el tráfico de mercancías ilícitas.
Para leer más, pulse aquí.