“EEUU debe tener conciencia”: Venezolanos figuran en el centro del debate migratorio

“EEUU debe tener conciencia”: Venezolanos figuran en el centro del debate migratorio

AP

 

La migración de los últimos años es un tema crucial en las elecciones presidenciales en Estados Unidos, un tema de campaña que se amplificó cada vez más y ocupa hoy un lugar protagónico en los discursos, sobre todo, del expresidente Donald Trump. Y en esa batalla retórica, la ciudad de Nueva York juega un rol fundamental.

Por Independent en Español





En 2022, cuando la migración de Venezuela hacia Estados Unidos aumentó en niveles exponenciales por la situación política y económica del país, Nueva York recibió a más de 130.000 migrantes venezolanos en pocos meses. Al ver que aumentaban los cruces fronterizos, los gobernadores de Texas y Arizona tomaron la política de enviar a los migrantes en buses desde sus estados, más conservadores, hacia ‘ciudades santuario’, como se conoce a aquellas que tienen una política más benévola con la recepción de migrantes.

Las ciudades santuario, entre las que se encuentra Nueva York, San Francisco, Chicago, entre otras, limitan su cooperación con autoridades inmigratorias federales y proveen de asistencia en albergues. Son lugares más seguros para quienes necesitan asistencia legal y permisos de trabajo para poder iniciar una nueva vida en el país.

Lo que hoy es un debate constante de campaña tiene, de alguna manera, su génesis en aquel momento en el que gobernadores republicanos tuvieron el gesto de enviar a los migrantes masivamente a ciudades demócratas enviando un mensaje: si estaban a favor de una inmigración permisiva, debían encargarse de sus consecuencias.

Desde entonces que el Roosevelt Hotel, pegado a la Grand Central Station en el corazón de Manhattan, fue reconvertido en un albergue de recibida para migrantes recién llegados a la ciudad. Daniela Gómez, una enfermera de 31 años, llegó por primera vez allí luego de viajar desde Venezuela con sus dos hijas de 7 y 8 años.

Hace más de un año que vive en albergues mientras espera tener los papeles para acceder a un trabajo formal. Mientras tanto, sus hijas van a la escuela en el sistema público de Nueva York y ya aprendieron a hablar inglés.

“Yo no imaginaba un año así”, dijo. “Pensé que podría venir, estudiar, trabajar de lo que sé hacer, tener mis papeles”. Hace un tiempo que dejó de ver la televisión, dice, porque se preocupa al ver lo que se dice sobre las elecciones.

Lea más en Independent en Español