El relato del milagro de los panes y los peces es uno de los más reconocidos en los Evangelios del Nuevo Testamento. En la narración, Jesús alimenta a una multitud de personas que lo sigue para escuchar sus enseñanzas, pese a la escasez de comida. Sus discípulos le advierten que tienen pocos panes y peces, pero Él reza y bendice esos alimentos, logrando, según la tradición, multiplicarlos para satisfacer a todos los presentes. Sin embargo, una investigación reciente ofreció una posible explicación científica para este fenómeno descrito en el mar de Galilea, conocido también como lago Kinneret.
Por: La Nación
Publicada en Water Resources Research, el estudio propone que un curioso fenómeno natural podría haber originado esta abundancia repentina de peces en la región. La idea se basa en el comportamiento de las aguas de este lago, impulsadas por vientos que generan olas internas de gran amplitud, lo cual altera la temperatura y oxigenación en ciertas capas de agua.
Los científicos Yael Amitai, Ehud Strobach, David P. Hamilton, Shmuel Assouline, Ami Nishri y Tamar Zohary investigaron estos movimientos acuáticos en el lago Kinneret. Según su análisis, los vientos que soplan en dirección oeste pueden provocar un afloramiento de agua más fría y menos oxigenada desde capas profundas hacia la superficie. Este fenómeno se produce cuando ocurre la estratificación térmica anual del lago. Al llevar agua anóxica a zonas cercanas a la orilla, los peces en estas aguas quedan atrapados y, al no encontrar oxígeno, mueren en grandes cantidades.
Los investigadores descubrieron que estos eventos de mortandad de peces ocurren en el mismo lugar del lago donde, según los evangelios, Jesús obró el milagro de los panes y los peces. Este detalle sugiere que una gran cantidad de peces podría haber quedado disponible para la multitud, permitiendo que fueran recogidos en la orilla, un escenario que coincide con la narración bíblica.
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