Perú se ha convertido en un destino clave para migrantes, destacando la gran cantidad de venezolanos que buscan una nueva vida en este país. Según datos recientes de la Plataforma de Coordinación Interagencial para refugiados y migrantes (R4V), se calcula que para diciembre de 2024 alrededor de 1,61 millones de venezolanos residirían en Perú, de los cuales un 7,5% serían niños, niñas y adolescentes.
Estos jóvenes enfrentan múltiples obstáculos en su acceso a la educación, particularmente por la falta de documentos, lo que afecta su integración en el sistema educativo peruano.
Las experiencias de familias venezolanas revelan la cruda realidad. En entrevistas hechas por el equipo de Corresponsales Escolares de El Comercio, Institución Educativa 3043 Ramón Castilla (San Martín de Porres), padres de estudiantes compartieron sus dificultades para matricular a sus hijos en colegios. Migrantes venezolanos mencionan que llegan al país solo con la partida de nacimiento de sus hijos, lo que dificulta la búsqueda de una institución educativa. Los exámenes de reubicación, a menudo exigidos, son un reto adicional, ya que muchos niños han tenido interrupciones en su educación debido a la situación en el país de origen.
La falta de documentación es un desafío constante. Jesús Medina, representante de la ONG Fuertes para la Vida, destacó que muchos migrantes no traen sus antecedentes educativos, lo que complica su integración. Nancy Navas Vargas, presidenta de la ONG Venezuelan’s International Care Assistance (VENEICA), enfatizó que el 75% de las familias migrantes tienen hijos y se enfrentan a serias barreras para su matrícula, como la falta de cédula de identidad, que en Venezuela se obtiene a los 9 años, y otros documentos requeridos para continuar con sus estudios en el país al que migran.
Las cifras del Ministerio de Educación (MINEDU) reflejan la situación: En el año 2022, 135.322 estudiantes venezolanos estaban matriculados en educación básica regular, representando el 1,65% de la población estudiantil en Perú. Es alarmante que la tasa de deserción escolar en este grupo haya crecido, alcanzando el 19% entre 2021 y 2022, en contraste con las tasas mucho más bajas de los estudiantes peruanos, de 1,2% y 1,9% respectivamente.
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