Al menos 15 presos murieron y 14 más resultaron heridos por un enfrentamiento entre reclusos este martes en una convulsa cárcel del puerto ecuatoriano de Guayaquil. Esta es la primera masacre carcelaria que enfrenta el presidente Daniel Noboa en su guerra contra el crimen.
En imágenes captadas por la AFP se observa una decena de cuerpos envueltos en cobijas y tendidos en un patio de cemento, mientras un grupo de cuatro reclusos con uniformes de color naranja depositan otro cadáver.
“Esta madrugada, en un pabellón específico de la Penitenciaría del Litoral, se registraron graves incidentes entre Personas Privadas de Libertad (PPL), resultando en un saldo de preliminar de 15 fallecidos y 14 heridos”, señaló el organismo estatal a cargo de las prisiones (SNAI) en un comunicado.
El bloque de seguridad, integrado por policías y militares, inició un “requisa a gran escala” dentro de la cárcel, agregó la entidad, sin registrar fugas.
Los videos de la AFP también muestran un fuerte despliegue de la policía en otro sector de la prisión. Los presos fueron sacados de los pabellones y formados en filas, bajo vigilancia de las fuerzas de seguridad.
El complejo penitenciario de Guayaquil (suroeste), que incluye a la Penitenciaría del Litoral, es escenario frecuente de brutales matanzas en ocasiones con cuerpos desmembrados e incinerados en grandes hogueras. La peor se registró en septiembre de 2021, cuando 119 reclusos fueron cruelmente asesinados.
En las cárceles ecuatorianas se han producido decenas de choques entre presos de bandas rivales del narco que las autoridades atribuyen a disputas de poder por el control de la distribución de la cocaína que va hacia Estados Unidos y Europa.
Consideradas entre las peores masacres de este tipo en Latinoamérica, las pugnas en Ecuador dejan más de 460 reos muertos desde febrero de 2021. En el pasado, los presos han llegado a transmitir en vivo el horror a través de redes sociales.
“Bajo control”
El SNAI indicó que tras los “graves incidentes”, la Penitenciaría del Litoral, con una población de 6.800 personas y la más grande del país, se encontraba “bajo control absoluto” de la fuerza pública, incluidos militares a cargo de las cárceles.
“Un contingente significativo de personal militar y policial ha sido desplegado para garantizar la seguridad y evitar nuevos incidentes”, apuntó.
Desde enero, cuando Noboa declaró un conflicto armado interno para combatir a una veintena de bandas consideradas “terroristas”, las cárceles tienen presencia militar. Organismos de derechos humanos denuncian abusos y falta de alimentos para reclusos. En audiencias públicas, algunos presos han relatado haber recibido golpes y descargas eléctricas por parte de las fuerzas de seguridad.
En su política de mano dura contra el crimen, Noboa ha planteado una reforma constitucional para que los presos dejen de ser considerados una población de “atención prioritaria”, un estatus que obliga al Estado a garantizar con especial atención sus derechos básicos.
“Prioridad solo para quienes lo necesitan y lo merecen”, escribió la semana pasada en X.
La violencia que empezó en las cárceles ecuatorianas años atrás se ha trasladado a las calles. La tasa de homicidios en Ecuador trepó de 6 por cada 100.000 habitantes en 2018 al récord de 47 en 2023.
Con una ubicación privilegiada en el Pacífico y en medio de Colombia y Perú, los mayores productores de cocaína del mundo, Ecuador encara también un aumento del narcotráfico. Aún no termina el año y el país ha decomisado este 2024 unas 249 toneladas de droga, superando las 219 toneladas incautadas en 2023.
AFP