En una tranquila sala de maternidad en Noruega en febrero de 1965, Karen Rafteseth Dokken vivió lo que creyó el nacimiento de su primera hija. Una semana después de dar a luz, salió del hospital con la pequeña Mona, completamente convencida de que llevaba en brazos a su bebé biológico.
Por: infobae
Con el tiempo, algunos rasgos físicos de la niña, como sus rizos oscuros, generaron pequeñas dudas, aunque Karen asumió que estas diferencias simplemente venían de la familia de su esposo.
La vida transcurrió sin mayor inquietud, hasta que décadas después se descubriría la verdad: la pequeña que crio no era su hija biológica.
Ahora, casi 60 años después, Karen, Mona y Linda Risvik Gotaas (la otra bebé implicada, y la verdadera hija de Karen pero criada por otra familia), iniciaron una demanda contra el estado de Noruega y el municipio de Herøy en el Tribunal de Distrito de Oslo. Según informó la agencia de noticias AP, habían nacido una el 14 y otra el 15 de febrero.
En el centro de su denuncia está la violación de su derecho a una vida familiar. Afirman que, cuando las autoridades descubrieron el error, en los años 80, optaron por ocultarlo. La decisión, según la acusación, privó a cada una de ellas de conocer a su verdadera familia biológica, además de haber afectado sus vidas y su identidad.
“Fue absolutamente increíble, nunca se me había pasado por la cabeza que Mona no fuera mi hija. Por supuesto, fue muy estresante”, aseguró Karen ante el tribunal, según el medio noruego VG. “Se llamó Mona en honor a mi madre”, agregó, según AP.
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