Niño de ocho años muere tras ataque de abejas en Cúcuta

Niño de ocho años muere tras ataque de abejas en Cúcuta

Un niño de ocho años, identificado como Eliu Alejandro Guevara, perdió la vida tras ser atacado por un enjambre de abejas. (Imagen de referencia). | Foto: Getty Images

 

El pasado fin de semana, la ciudad de Cúcuta fue escenario de una tragedia que conmocionó a la comunidad. Un niño de ocho años, identificado como Eliu Alejandro Guevara, perdió la vida tras ser atacado por un enjambre de abejas.

Por Semana

El fatal incidente ocurrió en horas de la tarde del 9 de noviembre, cuando el menor se encontraba jugando al fútbol con un primo y otros amigos en un sector cercano a la avenida 30 con calle 14, en el barrio Rudesindo Soto.

El día transcurría con normalidad, y los niños disfrutaban de un momento de diversión cuando, en un descuido, la pelota que utilizaban para el juego salió disparada hacia una pendiente que daba a una zona boscosa.

En su intento por recuperar el balón, los niños comenzaron a bajar por la colina. Sin embargo, uno de ellos, al parecer, tropezó con un palo que estaba a la orilla de la pendiente. El palo rodó hasta golpear un panal de abejas, lo que desató una reacción violenta de los insectos, que comenzaron a atacar a los niños.

Los gritos de pánico y desesperación comenzaron a oírse en el vecindario, alertando a los residentes de lo que estaba sucediendo. Ante el ataque, tres de los niños lograron correr hacia un platanal cercano, buscando refugio entre las plantas.

Sin embargo, Eliu Alejandro, en su intento por escapar del enjambre, corrió en la dirección equivocada, descendiendo aún más por la pendiente. Al parecer, no pudo percatarse de lo peligroso del terreno, y en su desesperación, cayó cuesta abajo.

El pequeño, agobiado por las picaduras de las abejas, no pudo reaccionar con rapidez. Según testimonios de familiares, el niño quedó atrapado entre el barro y, aunque intentó levantarse, el miedo y las picaduras le impidieron salir.

“Yo estaba trabajando cuando me avisaron que algo grave había pasado en la casa, cuando llegué había un montón de abejas por todos lados y no había rastro del niño, como puede me puse el casco de la moto y un protector. Lo encontré enterrado en el barro, a su alrededor había rastros de sus manitas como si hubiese luchado por salir”, relató un familiar al diario La Opinión.

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