La posibilidad de prohibir el uso de redes sociales a menores de 16 años surge como un tema de intenso debate en el Reino Unido, impulsado por preocupaciones en torno a la salud mental, la seguridad de los menores y la creciente influencia de esta tecnología en sus vidas.
La exdiputada conservadora Miriam Cates presentó en enero una iniciativa en el Parlamento para restringir el acceso de los menores a redes sociales y teléfonos inteligentes. Cates argumentó que el acceso sin restricciones a estos servicios contribuye al aumento de problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión, así como al acoso y a la exposición a contenidos inadecuados, entre ellos, la pornografía. Aunque la propuesta generó inicialmente cierta polémica, la administración actual del Partido Laborista evalúa apoyar una versión revisada de esta iniciativa.
Recientemente, el diputado laborista Josh MacAlister introdujo un proyecto de ley que busca elevar la edad mínima para que las plataformas puedan recolectar datos de usuarios a los 16 años. Según The Times, de acuerdo con esta propuesta, las redes sociales tendrían prohibido procesar la información de menores de esa edad, lo que obligaría a las empresas a modificar sus aplicaciones para restringir el acceso o limitar la recopilación de datos.
Este cambio pretende proteger a los menores de contenidos perjudiciales y reducir la dependencia de redes sociales en una etapa crucial de su desarrollo. Además, la iniciativa plantea otorgar a la Oficina de Comunicaciones del Reino Unido (OFCOM) mayores competencias para supervisar y garantizar el cumplimiento de las normas en plataformas digitales. La propuesta inicial de MacAlister incluía también la prohibición del uso de teléfonos móviles en las escuelas, aunque la administración no la respaldó, ya que considera que los directores de las instituciones educativas ya cuentan con la autoridad para establecer políticas al respecto.
La sociedad muestra un respaldo creciente a este proyecto de ley, evidenciado por la presión ciudadana para su aprobación. El movimiento de padres “Smartphone Free Childhood”, que aboga por el uso restringido de smartphones entre los menores, cuenta con el apoyo de 150.000 personas en el Reino Unido y promueve activamente la necesidad de regulaciones más estrictas.
En el ámbito político, la propuesta genera interés tanto entre laboristas como entre conservadores, sugiriendo que podría obtener un apoyo bipartidista cuando se debata en el Parlamento en marzo 2025. Figuras destacadas del Gobierno, como el secretario de Salud Wes Streeting y la comisionada de la Infancia, Dame Rachel de Souza, expresaron públicamente su apoyo a estas medidas, señalando que la iniciativa podría mejorar el bienestar de los jóvenes. Según fuentes cercanas al gobierno, el proyecto “cuenta con bastante apoyo”, reflejando las preocupaciones de padres de todas las clases sociales y regiones.
Sin embargo, Reino Unido no es el único país que analiza implementar restricciones de este tipo. Australia anunció recientemente su intención de prohibir el acceso a redes sociales para menores de 16 años, en una medida que el gobierno considera pionera a nivel global. La legislación australiana, impulsada por el primer ministro Anthony Albanese, establece que el abuso y el contenido nocivo en redes sociales perjudican gravemente la salud mental y física de los menores.