A menudo, cuando pensamos en el futuro, la imagen que surge es la de un mundo joven, dinámico, frenético, impulsado por la velocidad de la innovación, la IA y la obsesión por la renovación. Pero, ¿qué sucedería si, en lugar de mirar hacia adelante, nos obligamos a mirar hacia atrás? A mirar hacia aquellos que llevan años acumulando experiencia, sabiduría y una huella irrepetible de vida.
La humanidad enfrenta un cambio de paradigma sin precedentes: la prolongación de la vida saludable y el envejecimiento de la población activa. Hoy, gracias a los avances en la medicina preventiva, la tecnología, y un mayor enfoque en los hábitos saludables, los adultos mayores ya no son una minoría oculta en el margen de la sociedad. Por el contrario, se han convertido en protagonistas de un nuevo escenario económico y social que, con justa razón, ha sido denominado “la economía plateada”.
Sobre la economía plateada
Originado en Japón, el país donde las canas son veneradas como símbolos de sabiduría y experiencia, el término “Silver Economy” o “Economía Plateada” no es solo un concepto económico, sino un homenaje al tiempo vivido. Con la esperanza de vida saludable más alta del mundo —más de 75 años—, Japón marcó el inicio de esta dimensión que responde al envejecimiento global.
La economía plateada abarca productos, servicios y actividades que giran en torno a los mayores de 55 años, un colectivo que, según la Comisión Europea, de formarse en un país, sería la tercera economía más grande del mundo, con un valor de 17 billones de dólares. En el brillo plateado de cada cabellera se refleja no solo el pasado, sino el potencial de un futuro construido desde la experiencia.
Las cifras son ineludibles y contundentes: en la actualidad más de 1.000 millones de personas tienen más de 60 años, para el año 2050, dicha cifra superará los 2.100 millones de personas representando casi un tercio de la población mundial, según la OMS -Organización Mundial de la Salud-. Este imponente ejército longevo no solo desafía las estructuras tradicionales, sino que abre un abanico de oportunidades insospechadas.
Nuestro contexto regional y local
De acuerdo a la CEPAL –Comisión Económica para América Latina y el Caribe- en América Latina se proyecta un rápido envejecimiento, con impactos profundos en sectores económicos y sociales. Para el 2060, la pirámide poblacional en América Latina comenzará a invertirse, dejando atrás una región joven para convertirla en un territorio donde la vida se concentrará entre los 40 y los 70 años.
En Venezuela, este reloj avanza más rápido en relación al resto de los países de la región, adelantándose 19 años con respecto a lo esperado. La principal razón ha sido la diáspora de 8 millones de jóvenes, migrantes de entre 15 y 50 años. Hoy por hoy, se estima que el 13 % de la población supera los 60 años y unos 500 mil adultos mayores viven solos.
Desafíos y oportunidades
La salud y la economía enfrentan un reto fascinante: con el envejecimiento global, enfermedades crónicas como la diabetes y las cardiovasculares entre otras, demandarán servicios especializados. La OMS lo advierte, pero también abre una puerta a la innovación. Sistemas de salud, pensiones, políticas laborales y viviendas deben evolucionar, no solo para cuidar a esta generación, sino para empoderarla como una fuerza transformadora.
Organismos internacionales están promoviendo un ecosistema de innovación empresarial para atender a los adultos mayores de 55 años, movilizando sinergias que abarcan desde servicios de salud hasta viviendas inteligentes y emprendimientos adaptados. Pero la pregunta es: ¿estamos yendo a la velocidad de las necesidades y las oportunidades, o simplemente observamos desde lejos cómo el tiempo nos adelanta? Cada día que pasa es una oportunidad que se escapa, un cambio que no llega. ¿Estamos listos para transformarnos? ¿Para crear un futuro que ya está tocando la puerta?
Redefiniendo la longevidad: el poder de las canas
La economía plateada no es solo un fenómeno asociado al envejecimiento global; es una oportunidad para repensar el valor de las generaciones mayores. Más allá de los estereotipos, la longevidad se ha convertido en un motor de innovación, desde el rediseño de ciudades más accesibles hasta la creación de tecnología que responde a las necesidades de todas las edades. Es un cambio de paradigma donde vivir más significa vivir con propósito, contribuyendo activamente al desarrollo social y económico.
Los mayores de 50 años lideran esta transformación como un motor económico potente, controlando más de la mitad de la riqueza global. Este grupo no busca adaptarse al mercado; exige que el mercado se adapte a ellos. Desde tecnología inclusiva hasta turismo personalizado, las empresas están ante un segmento que no solo consume, sino que redefine los estándares de calidad, experiencia y valor.
Para lograrlo la clave va a estar en cambiar la narrativa: la vejez no es un límite, sino una plataforma de posibilidades infinitas. La longevidad ya no es un desafío que resolver, sino una revolución que abrazar. Quienes logren liderar este cambio no solo estarán creando soluciones, sino moldeando un futuro más inclusivo y alentador.
“El Pasante de Moda”
Y, como si el cine anticipara los tiempos que vivimos, “El Pasante de Moda” nos regaló una imagen encantadora de lo que significa envejecer con estilo y propósito. En esta comedia, Robert de Niro interpreta a Ben Whittaker, un viudo jubilado que, lejos de conformarse con tardes de bingo y paseos al parque, decide lanzarse a una pasantía en una startup de moda. Su sabiduría, paciencia y humor se convierten en un activo invaluable para la joven fundadora de la empresa, interpretada por Anne Hathaway, quien descubre que hay lecciones que solo el tiempo puede enseñar.
La película no solo es divertida y conmovedora, sino también un recordatorio de que el valor de la experiencia es incalculable, y que el talento de los mayores puede ser tan revolucionario como cualquier innovación tecnológica. Ben, con su porte impecable y su agenda de cuero, nos muestra que, en esta economía plateada, la edad es solo un número y el verdadero “glamour” es vivir cada día con curiosidad y entusiasmo.
¿Cuidar o empoderar? ¿Por qué no ambos?
Ya no se trata solo de cuidar a los mayores, sino de aprovechar su experiencia y capacidad de impacto. Japón lidera con tecnologías que mejoran la calidad de vida, y Corea del Sur impulsa sistemas de cuidado que generan empleo. En América Latina, países como Argentina y Chile exploran nuevas oportunidades en salud, turismo y recreación, demostrando que la longevidad puede ser un motor de cambio.
El momento de liderar el cambio
Organismos como el BID -Banco Interamericano de Desarrollo- y la IFC -Corporación Financiera Internacional- están promoviendo proyectos innovadores que incluyen a los mayores en la economía global. Desde convocatorias e incentivos para mejorar la salud y el bienestar hasta mercados financieros inclusivos, estos esfuerzos están cambiando la narrativa del envejecimiento. Iniciativas como el Foro Iberoamericano de economía plateada destacan la importancia de diseñar estrategias que no solo atiendan, sino que potencien el valor de esta generación.
La longevidad es una oportunidad para reinventar nuestra sociedad, y el desafío radica en liderar este cambio. Cabe preguntarse: ¿cuál es la edad correcta para la jubilación?. Tal vez debamos pensar en esquemas laborales más flexibles que valoren la experiencia de los mayores. Todas las empresas deben prepararse para formar parte de estos cambios demográficos. ¿Cómo contribuir e impulsar nuevas iniciativas y ser protagonistas de esta transformación?.
Un futuro plateado
La economía plateada invita a ver el envejecimiento como una etapa de renovación y transformación. Mario Vargas Llosa lo diría mejor: “estos son los años de la destilación de la vida, donde cada cana representa una historia, un error aprendido y una victoria silenciosa”. Esta “juventud prolongada”, vista a través del lente de esta nueva economía, se convierte en un nuevo aprendizaje, en una oportunidad, en un campo donde la sabiduría florece y el potencial humano se renueva. La humanidad, a medida que envejece, tiene la oportunidad de construir una sociedad más justa, inclusiva y humana.
por Luis Eloy Añez @luiseloy360