La ocupación nazi de Noruega durante la Segunda Guerra Mundial, entre muchas desgracias, injusticias y muerte, dejó dos grandes cosas. Una fue el término Quisling, apellido del político noruego fascista que lideró el gobierno títere local que obedecía a Berlín; a partir de ese momento Quisling se convirtió en el genérico para referirse a colaboracionistas y traidores. La otra consecuencia grata de esa invasión fue el nacimiento de Anni-Frid Lyngstadt, Frida, cantante con voz celestial, la última A de ABBA, la morocha del grupo que inmortalizó Dancing Queen.
Por infobae.com
Frida nació unos cinco meses después del final de la guerra, después de la desbandada nazi. Synni, su madre, tenía 19 años y había quedado embarazada de un soldado alemán, antes de que este fuera enviado de regreso a Alemania para intentar una última defensa ante el avance irremediable aliado. Una vez que se comprobó que los Aliados no entrarían a Europa por el norte, muchas de sus tropas fueron llevadas desde los países escandinavos a Alemania para reforzar sus maltrechos batallones.
El fin de la guerra trajo el oprobio para aquellas mujeres que se habían puesto de novias o que habían mantenido relaciones con los hombres de los invasores. Y primero la panza y luego esa bebé frágil y morocha eran la prueba evidente de la traición de Synni. Muchas mujeres fueron perseguidas, golpeadas, insultadas y hasta linchadas. Synni y su madre, la abuela de Frida, no fueron la excepción. Eran consideradas traidoras. No conseguían trabajo, no recibían ayuda alguna y hasta en muchos negocios se negaban a venderles alimentos. Las escupían e insultaban por la calle. A los dos años las mujeres decidieron emigrar, intentar empezar de cero en otro país. Viajaron a Suecia. Querían que la pequeña Frida creciera en otro ambiente.
Pero Synni enfermó y murió al poco tiempo. Muchos creen que la tristeza colaboró. La abuela y la pequeña Frida quedaron solas. “Estábamos muy solas. Yo estaba convencida de que había algo malo en mí. No tenía amigas, nadie me quería. Tal vez no merecía ser amada”, dijo Frida mucho tiempo después. Cuando la niña fue más grande mostró dos obsesiones. Por un lado, quería saber qué había sido de sus padres, por qué sus compañeros tenían y ella no. Por el otro lado, la música. Todo en su vida era cantar. Desde muy temprano mostró un talento natural en su voz. En el escenario se transformaba en otra persona.
La abuela, sin darle demasiados detalles de por qué vivían en Suecia, le explicó sobre la enfermedad de la madre y le dijo que su padre había muerto en el hundimiento de su barco por parte de un submarino al final de la guerra. Lo pintó como una especie de héroe de guerra, sin dar demasiadas precisiones.
Frida empezó a cantar profesionalmente a los 13 años. Al principio su repertorio estaba compuesto de standards de jazz en inglés. Después abordó múltiples géneros. Pronto llegó a la televisión sueca y a realizar habituales presentaciones en vivo. Ganó cuanto concurso existía en Suecia. Pronto llegó a la televisión sueca. Y obtuvo su primer contrato discográfico. Se casó joven y tuvo dos hijos pero el matrimonio duró muy poco. En una de sus presentaciones conoció a Benny Andersson, un joven músico y productor. Se enamoraron. Él sería una de las B de ABBA y su futuro marido.
Los dos conocieron a otra pareja de novios con disposición musical y con la combinación AB en sus nombres, Björn Ulvaeus y Agnetha Fältskog. Los cuatro conformaron ABBA, aunque en los primeros tiempos, Frida iba y venía del grupo; no estaba permanentemente con ellos. Ya tenía una sólida carrera solista y no se animaba a dejarlo de lado por el albur de triunfar con la nueva banda. En el momento en que ABBA ingresaba al estudio a grabar sus primeras canciones, Frida ya tenía editados un par de discos solistas (repletos de covers en sueco de éxitos del pop anglosajón) y había conseguido que dos de sus temas llegaran a la cima de los charts suecos.
Después vino lo que todo el mundo conoce. La conquista de Suecia, luego de Europa y por fin del mundo. Mamma Mía, Chiquitita, The Winner Takes It All, Waterllo, Fernando (la versión sueca fue primero un hit de la Frida solista), Dancing Queen y muchos más.
Discos de oro, de platino, tapas de revistas, tours globales, millones y también la exposición pública.
En 1977, una fan alemana luego de leer la historia de orfandad de Frida, descubrió que su tío Alfred Haase era el padre de Frida. Todos los datos cerraban. Se llamaba igual y Alfred había estado destinado en Noruega hasta inicios de 1945. Al principio Frida no creía que el dato fuera cierto. Estaba convencida de que su padre había muerto en medio del océano helado. Su marido Benny Anderson fue el que organizó el encuentro.
Alfred Haase estaba casado y tenía dos hijos. Se conocieron con Frida y se vieron unas pocas veces. Pero la relación no prosperó. Muchos años después, ya con ABBA separado, le preguntaron a Frida sobre su padre y dijo que pese a la separación y la distancia, si lo hubiese conocido en su infancia o adolescencia, la situación y el vínculo podrían haber sido diferentes. Pero que ella sentía que ya era muy tarde para conocerlo, que ya no lo necesitaba, que ese señor alemán era un completo desconocido para ella.
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