De acuerdo con reportes preliminares, la campaña de Kamala Harris gastó los más de 1,000 millones de dólares que recaudó mediante donativos y cerró con números rojos.
Por La Opinión
A pesar de que será hasta el mes entrante cuando el equipo de asesores de la vicepresidenta en funciones le entregue un informe detallado sobre sus operaciones a la Comisión Federal Electoral, ha comenzado a filtrase parte de la información.
Con varias facturas pendientes por pagar, sobre todo de gastos que se efectuaron cerca del cierre de campaña, el equipo de la excandidata demócrata enfrenta un déficit de 20 millones de dólares.
Sin embargo, Patrick Stauffer, director financiero de la campaña de Harris, emitió un comunicado donde aseguró que “no había deudas pendientes ni facturas vencidas” el día de las elecciones y que “no habrá deudas” al dar por concluido de manera oficial todo el proceso de campaña una vez que se rindan cuentas.
Si bien el poder de recaudación de Kamala Harris logró reunir una cifra de dinero nunca vista en una campaña presidencial, la premura con la cual irrumpió en escena para relevar a Joe Biden obligó a sus asesores a gastar millonarias sumas en campañas de publicidad con el objetivo de posicionarla lo mejor posible.
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