Casi cuatro meses pasaron desde la elección presidencial del 28 de julio, evento que marcó un antes y un después en el panorama político de Venezuela.
Corresponsalía lapatilla.com
No es secreto para nadie todo lo que sucedió en torno a los resultados de los comicios. Por un lado, el oficialismo se proclamó ganador sin mostrar las actas del Consejo Nacional Electoral (CNE), mientras que la oposición encabezada por Edmundo González Urrutia y María Corina Machado demostró tener las pruebas de su victoria.
Después del proceso electoral, la administración de Nicolás Maduro apeló a la represión, persecución y encarcelamiento contra quienes intentaron defender los resultados, así como también de ciudadanos que ni siquiera protestaron ni estaban involucrados en acontecer político. Según expertos, ese proceder solo debilitó su posición a nivel internacional y aumentó su rechazo en el país.
Todo esto, sumado a factores como el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, hacen pensar al dirigente nacional de Vente Venezuela, Omar González Moreno, que “el régimen de Maduro es una bomba de tiempo con mecha corta”.
González Moreno, que justamente hoy 20 de noviembre acumula alrededor de ocho meses asilado en la embajada de Argentina (que ahora está bajo protección del gobierno de Brasil), cree que lo ocurrido el 28 de julio puso fin a más de dos décadas de chavismo y solo es cuestión de tiempo para que esto se concrete.
Lo que se avizora
A juicio del experimentado dirigente político, hay varios escenarios que se pueden poner de manifiesto en lo que resta de tiempo antes del 10 de enero, fecha en la que, según la Constitución Nacional, se debe juramentar el presidente electo de Venezuela para el período que arranca en 2025.
“En primer lugar, hay que dejar claro que respecto a Edmundo González Urrutia, la única opción es que se juramente en el Palacio Legislativo. No está contemplado que ese acto se realice en otro lugar”, enfatizó González.
Asomó también la posibilidad de que la sociedad venezolana tenga un levantamiento espontáneo, considerando que la situación económica del país es inaguantable y que los servicios básicos son deficientes, al igual que el acceso a la salud pública.
“Hay que hacer mención del colapso eléctrico que se está viendo, con especial atención a lo que ocurre en el estado Nueva Esparta. Allí pasan más de 20 horas sin electricidad por la inoperatividad de la planta Luisa Cáceres de Arismendi, ya que esta se nutre de la planta Muscar (Monagas) que se incendió días atrás”, comentó.
De igual manera, afirmó que no se puede dejar de tomar en cuenta el malestar de los integrantes de la Fuerza Armada Nacional, quienes también son víctimas de los problemas del país.
“La mejor alternativa que tiene Maduro es negociar con María Corina y Edmundo. Que él se juramente el 10 de enero convertiría a Venezuela en un infierno”, dijo de manera contundente el también periodista.
González Moreno acotó que tampoco hay que despreciar el hecho de que el Consejo Europeo evalúe sanciones contra el actual mandatario de Venezuela y sus cómplices. Además, señaló que Maduro ha perdido aliados leales como Gustavo Petro y Luis Inácio Lula Da Silva, presidentes de Colombia y Brasil, respectivamente, sumado al Gobierno de México.
“Y no descartemos que (Vladimir) Putin haga lo mismo, como sucedió en la cumbre de los Brics cuando le sacó la silla”, manifestó.
Excarcelación de algunos presos
En relación con la excarcelación de 143 presos políticos -según Foro Penal- en los últimos días, González dijo que es positivo para las familias y los jóvenes, la mayoría de ellos detenidos en el contexto postelectoral.
Sin embargo, resaltó que la aspiración es que liberen a las casi 2.000 personas que siguen privadas de libertad por temas vinculados a la política.
También dijo que, a su juicio, existen varios factores que pudieron influir en este paso atrás de Maduro y su combo. Entre esos citó como ejemplo la muerte de Jesús Martínez Medina, quien fue testigo de mesa en Aragua de Barcelona, estado Anzoátegui, y murió siendo preso político.
Vale acotar que “Manolín” tuvo complicaciones de salud y no fue atendido a tiempo. Sufría de problemas cardíacos y diabetes tipo II, que empeoró mientras estaba en cautiverio hasta que falleció en el Hospital Luis Razetti de Barcelona.
“Otro factor es que haya sido una respuesta a la presión internacional. El régimen de Nicolás Maduro está aterrado con la victoria de Trump y sus designaciones, como la de Marco Rubio como secretario de Estado”, expresó.
Agregó que el propio debilitamiento del régimen puertas adentro es otro punto determinante. “Por mucho tiempo se cuidaron de hacer públicas sus guerras internas, pero ya son evidentes”.
Desprecio a falsos opositores
Omar González Moreno calificó de triste que dirigentes que en algún momento lideraron la oposición, ahora pretendieron pasar la página del 28 de julio, lo cual da muestra de sus intereses.
“A algunos les da asco y a otros, lástima, pero el desprecio de la gente hacia ellos es evidente en las redes. Son empresarios que pusieron sus bolsillos por encima de los intereses del pueblo”, señaló.
Represión quirúrgica
Finalmente, el dirigente nacional de Vente Venezuela dijo que lo de Maduro y los presos políticos es una represión quirúrgica para mandar mensajes puntuales.
“Hay periodistas detenidos para tratar de privar la libertad de expresión. Igualmente hay órdenes de aprehensión contra dirigentes de partidos de la Plataforma Unitaria y sigue la persecución a María Corina Machado, aunque ella se mantiene en el país”, indicó.
También habló de la cacería a elementos claves en el equipo de Machado como Henry Alviarez, a quien lograron detener el 20 de marzo. González recordó que a él también lo tenían en la mira ese día, pero pudo refugiarse en la embajada de Argentina.
Destacó que pese a su condición de asilado, sigue cumpliendo con algunas responsabilidades en la organización política que tiene como principal líder a María Corina Machado.
Cerró mostrando su optimismo de que la situación de Venezuela aparezca en la agenda para el encuentro del llamado G20 en Río de Janeiro (Brasil) y que, entre otras cosas, se logren obtener los salvoconductos para que él y el resto de dirigentes que permanecen en la embajada de Argentina, puedan salir del país con garantías.