Del Chavo al Chapulín Colorado: tensiones en el set, peleas de amigos y romances inesperados

Del Chavo al Chapulín Colorado: tensiones en el set, peleas de amigos y romances inesperados

Cortesía

 

Son parte de un fenómeno que no tiene explicación; y si la tiene, entronca directamente con el recuerdo de otra época, de otra edad, de otra inocencia. Cuando se habla de Roberto Gómez Bolaños -es decir, de Chespirito-, no hay anacronismo que valga. El regreso a la pantalla de Telefe los fines de semana (desde este domingo, a las 17) demuestra que su producción televisiva (que abarcó el período 1970-1995) vuelve periódicamente con idéntico éxito. Como el mito del eterno retorno, pero al compás de un mariachi y con sabor a aguas frescas.

Por: La Nación





Parecían más, pero el núcleo duro que deambulaba por la vecindad del Chavo o requería la ayuda del Chapulín Colorado apenas si superaba la media docena de nombres: Carlos Villagrán (Quico), Ramón Valdés (Don Ramón), Florinda Meza (Doña Florinda), Edgar Vivar (el Señor Barriga), María Antonieta de las Nieves (La Chilindrina), Angelines Fernández (la Bruja del 71) y Rubén Aguirre (El profesor Jirafales). Y como agente común Chespirito, el jefe del clan, un rol clave para alcanzar el éxito. Y también para hundirse en el barro de un pantano de disputas, que no terminaron ni siquiera con su muerte.

Síganme los buenos

Todos los conocemos, pero la pregunta menos respondida de esta historia es: ¿cómo se conocieron ellos? En sus primeros años como guionista de televisión, a Roberto lo rebautizaron “el pequeño Shakespeare”, o “Shakespearito”, lo que la cotidianeidad deformó a “Chespirito”, transformándolo en su nombre de guerra. También fue el título de su primer ciclo propio, estrenado en 1971, donde confluyeron su experiencia escribiendo para los cómicos de la época, como su ambición por dejar de estar en las sombras y pasar a un primer plano de popularidad.

El diferencial de aquel programa, que daría inicio a un imperio, fue un sketch llamado “Los supergenios de la mesa cuadrada”, basado en la actualidad periodística, y llevado adelante por Gómez Bolaños (ya como el Dr. Chapatín), Rubén Aguirre (también en su rol de Jirafales), María Antonieta de las Nieves y Ramón Valdés. En su primera incursión frente a las cámaras, Chespirito ya comenzaba a dar que hablar.

Pasado el entusiasmo inicial, llegaron los problemas. El sketch dejó de ser atractivo para su creador, por el trabajo que le llevaba seguirle el ritmo a los acontecimientos diarios. De la necesidad de darse un descanso, y ante el apremio de encontrar algo con qué sustituirlo -motor creativo que se repetiría constantemente en su carrera- surgió el Chapulín Colorado, un superhéroe para nada común.

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