Otro de los factores que afecta a los familiares de los privados de libertad es la falta de información acerca de los procesos vinculados con su detención o cuando reciben noticias no deseadas.
A pesar de que las jornadas de la Defensa Pública se realizan con frecuencia en el Centro de Resguardo y Custodia Judicial Guasina, donde explican detalladamente sobre los procedimientos, muchos familiares no entienden los términos o los cómputos dados por los defensores públicos.
Sofía** quien es pareja de un hombre detenido en Guasina contó al equipo de UVAL que ella a pesar de que lleva a cabo los trámites concernientes al estatus jurídico de su pareja “no entiende nada”. En su mayoría es sobre las mujeres en quienes recae la carga y responsabilidad de visitar y hacer trámites y diligencias asociadas al privado de libertad.
“Si eres hombre y quieres visitar a algún preso tienes que venir con una camisa blanca, sin logos y sin dibujos para que te puedan dejar pasar, muchos de los que conozco no vienen por esa razón”, comentó un hombre que se encontraba en las cercanías del reclusorio a la espera para ingresar.
Un 100 % de los encuestados manifestó necesitar apoyo psicológico ante los padecimientos que les ha causado el hecho de tener un familiar detenido. Sin embargo, la carencia económica no les permite costear una consulta.
Iridmar Agreda, psicóloga clínica asevera que estas afecciones psicosociales que pueden surgir en el ámbito carcelario, no se limitan únicamente a las personas privadas de libertad, sino que impactan negativamente en las dinámicas de vida y en la propia experiencia emocional del núcleo familiar del privado de libertad.
Por lo tanto, nombró algunos de los padecimientos que con mayor frecuencia pueden identificar en el grupo familiar. “Las identificamos como reacciones asociadas al estrés, que se puede manifestar a nivel biológico con cefaleas, fatiga física, insomnio, síntomas gástricos y a nivel cognitivo-conductual funciones psicológicas superiores disminuidas, impulsividad y agresividad. Mientras que en la esfera afectiva otras como tristeza, depresión, desesperanza; igualmente la angustia y la ansiedad que devienen de tener a un familiar privado de libertad”.
Es importante que el Estado venezolano garantice los derechos elementales de los individuos privados de libertad, así como de su núcleo familiar implementando políticas de atención y asistencia psicológica gratuita al alcance de todos.