La electricidad es una de las piedras angulares de la vida moderna. Alimenta prácticamente todos los aspectos de nuestras actividades cotidianas, desde la iluminación y los electrodomésticos hasta la comunicación, el transporte, la atención médica y la industria.
Algunos puntos clave sobre su importancia:
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Conexión y comunicación: Internet, teléfonos móviles, computadoras y otros dispositivos que facilitan la comunicación dependen de un suministro eléctrico constante.
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Salud y bienestar: Los hospitales y centros de salud utilizan electricidad para operar equipos médicos avanzados, mantener medicamentos en frío y realizar procedimientos quirúrgicos.
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Industria y economía: Las fábricas, las oficinas y las cadenas de suministro dependen de la electricidad para funcionar, lo que la convierte en un motor clave del crecimiento económico. En el caso venezolano, tenemos que las industrias petrolera, cementera, del acero y del aluminio tienen una intensa demanda de electricidad.
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Educación y desarrollo: Las escuelas y universidades necesitan electricidad para la iluminación, computadoras, internet y laboratorios modernos, que son esenciales para una educación de calidad.
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Calidad de vida: Los sistemas de refrigeración, calefacción y transporte público dependen de la electricidad, lo que mejora la vida diaria de las personas.
En un mundo que cada vez depende más de tecnologías avanzadas, la electricidad no solo es esencial, sino que también requiere fuentes de suministro sostenibles para minimizar su impacto ambiental.
La electricidad llega a su hogar en Venezuela por medio de una extensa red de equipos y conexiones. El sistema eléctrico público está compuesto por varios componentes básicos que trabajan en conjunto para generar, transmitir, distribuir y consumir electricidad.
El sistema eléctrico de Venezuela, también conocido como Sistema Interconectado Nacional (SEN), se compone de los siguientes componentes:
Generación
La electricidad del país es generada por cinco centrales hidroeléctricas y alrededor de 30 centrales termoeléctricas (a gas, diesel o fueloil) medianas y grandes. La central hidroeléctrica Simón Bolívar, también conocida como Represa del Guri, es la más grande del país.
Transmisión
El SEN utiliza un sistema de cables de alta tensión y de subestaciones para distribuir la electricidad desde las centrales eléctricas hasta la capital, Caracas, y otras ciudades importantes. El sistema cuenta con tres líneas de transmisión principales: una de 765 kW, otra de 400 kW y otra de 230 kW. La electricidad generada se transporta a largas distancias desde las plantas hasta los centros de distribución
Distribución:
Consta de un sistema de cables para voltajes medios y bajos (4 kV a 34.5 kV) y de subestaciones que reducen la tensión a niveles utilizables para hogares e industrias
Administración:
Todo este sistema complejo lo maneja en forma de monopolio la empresa eléctrica estatal Corpoelec desde el año 2007.
En el Plan Sectorial para el Desarrollo del Sector Eléctrico Nacional 2022-2025 elaborado por el Ministerio del Poder Popular para la Energía Eléctrica MPPEE se encuentra un diagnóstico muy sombrío de la situación actual del SEN
Para el ver PDSEN 2022 2025 completo, en formato .pdf haga click aquí
De 35.331 MW de capacidad instalada, sólo están disponibles, en cifras oficiales, 14.715 MW, es decir apenas el 41,6%, que menos de la mitad
En el mismo PDSEN 2022-2025 se detallan las necesidades de inversión para el período
La cantidad de 10.384 MMUSD equivale al 11,2% del Producto Interno Bruto total de Venezuela del año 2022 de 92.100 MMUSD
Una cantidad descomunal en relación al tamaño de la economía de Venezuela, y además absolutamente indisponible, para cualquier empresa estatal, sea Corpoelec, Pdvsa, Corporación Socialista de Cemento, Sidor, Alcasa o cualquier otra de las centenares de empresas públicas, administradas por el gobierno que elevó la deuda pública externa a 160.000 MMUSD, de los cuales 31.000 MMUSD están impagos y que tiene el crédito internacional cerrado.
Lo que sufren los usuarios del SEN hoy
Desde el año 2007 el país enfrenta problemas en la disposición de electricidad. El crecimiento de la demanda no fue acompañado de una gestión efectiva del monopolio estatal.
Si bien el MPPEE afirma que la capacidad disponible está en 14,715 MW, es una cifra nominal. Rara vez supera los 12.500 MW por lo que se raciona diariamente unos 1.200 MW en el país.
Al racionamiento se le suma los apagones, que desde el año 2012 azotan a la población venezolana, intensificándose a niveles insólitos a partir del 2019.
Un apagón eléctrico, o corte de luz, es la interrupción del suministro de energía eléctrica en un área determinada. Esto significa que los dispositivos eléctricos, como las luces, los electrodomésticos y los equipos electrónicos, dejan de funcionar debido a la falta de corriente.
Una alta cantidad de apagones por TWh producido es un indicador que mide la frecuencia de interrupciones en el suministro eléctrico en relación con la cantidad de energía generada (en teravatios hora, TWh). Este indicador se utiliza para evaluar la eficiencia y confiabilidad de un sistema eléctrico. Una cifra alta sugiere que, aunque se esté generando electricidad, el sistema enfrenta serios problemas en la transmisión, distribución o mantenimiento que provocan fallos frecuentes.
En cálculos del energista Nelson Hernández, basado en cifras del Energy Institute y del Observatorio Venzolano de Apagones, en 2023 se registraron 2.682 apagones por TWh de electricidad producida. Comparada con las cifras del año 2012, de 274 apagones por TWh producido, significa un incremento del 879% respecto a 2012
En cuanto a la cantidad de electricidad generada, en 2012 el país totalizó 128,1 TWh producidos, mientras que el año 2023 totalizó 85,76 TWh, una caída del 33% respecto a 2012.
Entre 2012 y 2023 ha habido 6 ministros del MPPEE que promediaron menos de dos años cada uno en el cargo, indicando una gestión administrativa errática. Y en 2024 ya suma un séptimo, con Jorge Elieser Márquez (otro militar como Motta y Reverol) como ministro.
Estamos en una situación insoportable: A través del tiempo se genera menos electricidad con más apagones, a pesar de la dramática caída de la demanda por la destrucción socialista del Producto Interno Bruto que ha caído 70% desde al año 2013 a la fecha, en cifras del Fondo Monetario Internacional y de inmensa migración de venezolanos al exterior, que supera los 6,5 millones de compatriotas según cifras de la Agencia de la ONU para los Refugiados ACNUR
En resumen, tenemos un servicio eléctrico ineficiente, con baja disponibilidad y confiabilidad
La confiabilidad de los sistemas eléctricos modernos varía considerablemente según el contexto regional, la infraestructura, las políticas públicas y la gestión de recursos. Sin embargo, en general, los sistemas eléctricos de los países desarrollados tienden a ser altamente confiables, mientras que en algunos países en desarrollo enfrentan desafíos significativos, como es el caso de Venezuela
La confiabilidad de los sistemas eléctricos ha evolucionado significativamente a lo largo del tiempo, impulsada por avances tecnológicos, cambios en la demanda y enfoques de gestión más sofisticados
Evolución de la Confiabilidad en los Sistemas Eléctricos
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Etapa inicial (Siglo XIX – principios del XX):
- Los sistemas eléctricos eran locales y aislados, con baja confiabilidad.
- Cortes frecuentes debido a limitaciones tecnológicas y fallas en equipos básicos.
- Redes monofásicas y baja capacidad para atender demanda creciente.
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Consolidación de redes nacionales (mediados del siglo XX):
- Electrificación masiva y construcción de grandes centrales (hidroeléctricas, térmicas).
- Creación de redes interconectadas que aumentaron la resiliencia ante fallas.
- Mejora en la disponibilidad gracias a tecnologías más robustas en transmisión y distribución.
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Era moderna (finales del siglo XX – presente):
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Introducción de redes inteligentes (smart grids) y automatización.
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Uso de modelos predictivos para el mantenimiento preventivo.
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Diversificación de fuentes de energía, con integración de renovables para mejorar la sostenibilidad.
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Venezuela logró avances importantes en su electrificación en el último cuarto del Siglo XX con el desarrollo de las centrales hidroeléctricas del bajo Caroní. Sin embargo en el primer cuarto del Siglo XXI el retroceso ha sido notable
Con un sistema muy asimétrico, en cuanto a que en el país el 15% de la demanda se ubica en la región de Guayana y el 85% restante a lo largo de la región andina y norte costera, mientras que el 74% de la capacidad de generación se encuentra en la región de Guayana y el restante 26% a lo largo de la región occidental, andina y norte costera, lo hace particularmente dependiente de las líneas de transmisión de 765 Kv que parten de Guri, que como vieron en el PDSEN necesitan al menos 4.100 MM USD para adecuarlas. Esas líneas se trabajan hace años al límite de su capacidad de transmisión.
Comparando la disponibilidad de energía durante el día y la noche
¿Cómo se compara Venezuela con otros países del mundo? Veamos algunas cifras
La disponibilidad de energía eléctrica varía dependiendo de la región y de la fuente predominante de generación. Las siguientes cifras y tendencias se aplican de manera general:
En sistemas convencionales (fósiles, hidroeléctricos como los de Venezuela) la disponibilidad constante durante el día y la noche, tiene un tiempo de actividad (“uptime”) superior al 99% en países desarrollados. En países en desarrollo, los apagones pueden reducir la disponibilidad al 80-90%, especialmente en horarios pico.
En cuanto a los factores globales de disponibilidad: En países de alta confiabilidad, el promedio de interrupciones es inferior a 1 hora al año (según el System Average Interruption Duration Index SAIDI o Índice de Duración Promedio de Interrupción del Sistema ver nota explicativa al final de este artículo).
En países con redes más frágiles, los tiempos de interrupción pueden superar las 100 horas al año.
Cifras Relevantes:
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EE. UU. y Europa Occidental: Tiempo promedio sin servicio (SAIDI) de 1-2 horas/año.
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América Latina (promedio): SAIDI entre 10 y 40 horas/año, con variaciones significativas entre países.
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África Subsahariana: Disponibilidad promedio del 60-80%, con cortes diarios frecuentes en muchas áreas urbanas y rurales.
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China: Confiabilidad superior al 99.8% en redes urbanas debido a inversiones masivas en infraestructura.
En Venezuela, la falta de datos oficiales recientes dificulta obtener cifras exactas sobre el tiempo promedio sin servicio eléctrico (SAIDI). Sin embargo, informes y estudios indican que la calidad del suministro eléctrico es crítica. Según el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP), las interrupciones del servicio eléctrico son frecuentes, con más del 50 % de los encuestados reportan apagones diarios de entre 2 y 6 horas en muchas regiones del país, eso significa más de 2.000 horas de apagones al año. Eso es 8.000 % más del promedio de 25 horas para los países de América Latina.Algunas áreas, especialmente en el interior, sufren cortes más prolongados y recurrentes, agravados por la falta de mantenimiento y deterioro de la infraestructura eléctrica.
Una sola conclusión
Han pasado 14 años desde la declaración de emergencia eléctrica en Venezuela el 8 de febrero de 2010, que fue una medida tomada por el gobierno de Hugo Chávez en respuesta a una crisis energética que afectaba al país en aquel entonces.
En socialismo no es posible la recuperación del sistema eléctrico. 25 años lo demuestran
Las razones son más que obvias.
Una sola conclusión es posible. Y existe una única salida, que es además indispensable. La desestatización del sistema eléctrico del país
David Morán es ingeniero industrial, miembro de la Comisión de Energía de la Academia de Ingeniería y Hábitat de Venezuela. Miembro del Consejo Directivo de CEDICE Libertad @morandavid
Acerca del SAIDI
El acrónimo SAIDI en inglés significa System Average Interruption Duration Index. Es un indicador clave en la industria eléctrica que mide el tiempo promedio de interrupción del suministro eléctrico por cliente en un área determinada durante un período de tiempo (generalmente un año).
El cálculo se realiza dividiendo la duración total de las interrupciones (en minutos u horas) entre el número total de clientes atendidos:
Por ejemplo, un SAIDI de 1,5 horas/año significa que, en promedio, cada cliente experimentó interrupciones que sumaron 1,5 horas durante el año. Este índice es utilizado ampliamente para evaluar la confiabilidad del suministro eléctrico y para comparar la calidad del servicio entre diferentes regiones o países.