Georgia declaró ilegales las protestas opositoras contra la congelación de las negociaciones para el ingreso de la nación caucásica en la Unión Europea (UE), que sacuden la capital georgiana, generando masivas detenciones.
“La acción en la avenida Rustaveli junto al Parlamento ha quedado al margen de la ley sobre reuniones y manifestaciones”, informó el Ministerio de Interior georgiano.
Según las autoridades, los manifestantes han causado daños y quemado instalaciones pertenecientes al Legislativo. Además, dos policías resultaron heridos a consecuencia de los disturbios.
Tras esta medida gubernamental, la policía comenzó a dispersar a los manifestantes con gas pimienta y cañones de agua, aunado a las detenciones, aunque hasta el momento no se ha informado del número de detenidos.
Antes de la ofensiva policial, los manifestantes intentaron entrar al Parlamento, lanzaron piedras, botellas con pintura y bengalas contra los policías y fuerzas antidisturbios, además de prender fuego a tanques de basura, romper las ventanas de la sede parlamentaria e incendiar el cableado exterior del Legislativo.
En la avenida Rustaveli, decenas de manifestantes con máscaras antigás, intentaron hacer barricadas con bancos y urnas.
La presidenta georgiana, Salomé Zurabizhvili, alineada con la oposición, celebró el comienzo del “movimiento de resistencia, pacífico y constitucional”, y prometió “estar junto a los participantes hasta que Georgia retorne al camino europeísta”.
“Las protestas se han extendido por todo el país”, afirmó Zurabizhvili, al señalar que los empleados de diversos ministerios e instituciones se oponen a la decisión del Gobierno de congelar las negociaciones para el ingreso a la UE.
Las autoridades georgianas no han logrado apaciguar los ánimos de protestas, pese a las declaraciones del primer ministro, Irakli Kobajidze, que recalcó que “Georgia mantiene su apego a los objetivos de la eurointegración y se darán todos los pasos necesarios” para que la nación caucásica se adhiera a la UE en 2030.
EFE