Kash Patel, elegido por Donald Trump para dirigir el FBI y ferviente partidario del presidente electo, ha prometido ayudar a desmantelar la misma organización que se dispone a dirigir.
Por CNN
El exabogado de oficio es considerado una figura controvertida, cuyo valor para el presidente electo deriva en gran medida del desdén que comparten por el poder establecido en Washington.
Ponerle al frente del FBI exigiría forzar la salida del actual director, Christopher Wray, nombrado por Trump en 2017, antes de que expire su mandato de 10 años dentro de tres años, una posible medida que ya ha suscitado críticas bipartidistas.
El director del FBI también debe ser confirmado por el Senado, donde los miembros ya se están preparando para ver cómo van a navegar por una serie de selecciones poco ortodoxas de Trump.
Hasta finales de la semana pasada, algunas personas cercanas a Trump creían que la elección para el FBI era un “cara o cruz” entre Patel y el fiscal general de Missouri, Andrew Bailey, según una fuente familiarizada con las discusiones.
Sin embargo, algunos en el círculo íntimo de Trump no estaban contentos con ninguna de las dos opciones, dijo la fuente, añadiendo que un tercer candidato desconocido probablemente habría surgido en la próxima semana o dos si Trump no hubiera tomado una decisión para entonces.
Patel, en particular, no es visto como una opción de consenso, dijo la fuente, señalando que siempre iba a reducirse a lo que Trump quería y, potencialmente, a la última persona que habló con un día determinado.
Lea más en CNN