La casa donde se filmaron algunas de las escenas más emblemáticas de Mi Pobre Angelito, la clásica comedia navideña de 1990, sigue siendo un lugar de culto para los fanáticos de la película, más de 30 años después de su estreno. La propiedad, ubicada en las afueras de Chicago, en el exclusivo vecindario de Winnetka, Illinois, se ha convertido en un destino turístico anual que atrae a miles de visitantes, especialmente durante la temporada navideña.
Por Infobae
Pero más allá de la nostalgia y el cariño que despierta en los seguidores de la película, la casa enfrenta retos logísticos y de seguridad, que han llevado a las autoridades locales a reforzar su custodia policial.
Historia de la casa en “Mi Pobre Angelito” y su importancia cultural
En Mi Pobre Angelito, dirigida por Chris Columbus y protagonizada por Macaulay Culkin, la casa de los McAllister se convierte en el escenario central de las peripecias de Kevin, el niño que es olvidado por su familia durante las vacaciones de Navidad y que se ve obligado a defender su hogar de dos torpes ladrones. Aunque muchas de las escenas interiores se grabaron en un set, la fachada de la casa es uno de los elementos más recordados de la película, y ha quedado grabada en la memoria colectiva de generaciones de cinéfilos.
Ubicada en el suburbio de Winnetka, una zona residencial conocida por su arquitectura clásica y su ambiente tranquilo, la casa de Mi Pobre Angelito tiene un valor simbólico que va más allá de la pantalla. Para muchos, representa la calidez y el caos de las fiestas navideñas, y se ha convertido en un emblema de la película, que desde su estreno se ha mantenido como una de las más taquilleras y queridas de Hollywood.
La casa en Winnetka, Illinois: un destino turístico popular
El vecindario de Winnetka es conocido por ser una zona exclusiva y tranquila, con viviendas de lujo y un ambiente familiar. Sin embargo, cada diciembre, la pequeña comunidad se ve invadida por turistas de todas partes del mundo que acuden a la casa para tomarse una foto frente a ella, recreando una de las escenas más icónicas de la película: la imagen de Kevin McAllister mirando a través de la ventana, con una cara de asombro mientras enfrenta a los ladrones.
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