Irán comenzó a producir a gran escala uranio enriquecido al 60 %, un nivel cercano al 90 % necesario para armas nucleares, advirtió este viernes el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA).
En un informe confidencial a sus estados miembros al que ha tenido acceso EFE, la agencia nuclear de la ONU confirmó que Teherán está acelerando ese proceso en la planta de Fordow, donde alcanzará una capacidad de producción mensual superior a 34 kilos de uranio enriquecido al 60 %, frente a los 4,7 kilos mensuales hasta ahora.
Este material puede ser utilizado tanto para producir energía nuclear con fines civiles como, potencialmente, en la fabricación de bombas atómicas.
El OIEA verificó que el 3 de diciembre, pese a haber solicitado a Irán que no realizara cambios sin aplicar medidas adicionales de control, las autoridades iraníes comenzaron a instalar nuevas maquinaria y material destinado a producir uranio al 60 %.
Según ese informe, el 5 de diciembre los inspectores del OIEA confirmaron que Irán inició el uso de esa maquinaria para la producción a gran escala de uranio al 60 %, mientras que en otra unidad de la planta se produjo uranio enriquecido hasta el 5 %.
En el último informe del OIEA a sus estados miembros se cifra en más de 180 los kilos de uranios con una pureza de más del 60 % y los expertos advierten que, con 50 kilos de ese material, sería posible fabricar una cabeza nuclear.
En su informe de noviembre, el OIEA se mostró muy preocupado por la producción de uranio altamente enriquecido de Irán y recordó que es el “único Estado no poseedor de armas nucleares que lo hace”.
La decisión de acelerar su producción de uranio cercano al nivel militar se produce después de que la Junta de Gobernadores del OIEA aprobase en noviembre una resolución de Alemania, Francia, Reino Unido y Estados Unidos para que el OIEA elabore un “informe integral” sobre las actividades nucleares iraníes.
La resolución buscó ejercer presión diplomática sobre la República Islámica tras el fracaso del acuerdo nuclear de 2015, que establecía importantes limitaciones al desarrollo nuclear iraní a cambio de alivio en las sanciones internacionales, sobre todo económicas.
Ese acuerdo se debilitó tras la retirada unilateral de Estados Unidos en 2018 bajo la administración de Donald Trump y acabó por fracasar con la respuesta iraní de violar los compromisos establecidos.
Irán ha violado los términos del pacto nuclear de 2015 al incrementar el enriquecimiento de uranio al 60 % (muy por encima del límite del 3,67 % permitido), acumular reservas de uranio unas 30 veces superiores a lo autorizado y reactivar instalaciones nucleares previamente restringidas.
Además, ha dificultado la vigilancia de los inspectores del OIEA de su programa nuclear desde 2021.
Irán asegura que su programa nuclear es exclusivamente pacífico, mientras que Occidente sostiene que no existe una justificación civil creíble para la magnitud de las ambiciones atómicas iraníes. EFE