Milei advirtió que el Mercosur terminó convirtiéndose en una prisión para sus socios

Milei advirtió que el Mercosur terminó convirtiéndose en una prisión para sus socios

El presidente de Argentina, Javier Milei, llega a la LXV Cumbre del Mercosur en Montevideo el 6 de diciembre de 2024. (Foto de Eitan ABRAMOVICH / AFP)

 

 

El presidente de Argentina, Javier Milei, advirtió el viernes que el Mercosur, el bloque comercial que su país fundó hace más de tres décadas con Brasil, Paraguay y Uruguay, “terminó convirtiéndose en una prisión” para sus socios, y llamó a buscar “una nueva fórmula”.

En la 65ª cumbre del Mercosur en Montevideo, la primera en la que participa desde que asumió el cargo hace un año tras su ausencia del encuentro anterior en Asunción, Milei criticó el Arancel Externo Común (AEC) fijado por el bloque, que según dijo encareció la producción local y “cerró innumerables vías comerciales”.

El mandatario argentino, un economista ultraliberal, destacó que desde mediados de los años 1990 hasta ahora, la incidencia del Mercosur en el comercio mundial se redujo de 1,8% a 1,6%.

“Nos encerramos en nuestra propia pecera tardando más de 20 años en cerrar un acuerdo con el que hoy festejamos, que aún dista de ser una realidad”, apuntó, en alusión a la finalización de las negociaciones para un TLC entre el Mercosur y la Unión Europea, anunciada un rato antes como un hecho “histórico”.

“El Mercosur, que nació con la idea de profundizar nuestros lazos comerciales, terminó convirtiéndose en una prisión que no permite que sus países miembros puedan aprovechar ni sus ventajas comparativas ni su potencial exportador”, aseguró Milei.

“Este problema no es nuevo, pero si seguimos pretendiendo tratar de tapar el sol con las manos se volverá cada vez más difícil de solucionar”, alertó, y subrayó que el Mercosur “no puede seguir siendo un cepo”.

Por eso, llamó a los socios a buscar “una nueva fórmula”, de mayor flexibilidad, que sea en beneficio de todos.

El Mercosur no permite que sus miembros negocien acuerdos comerciales con terceros sin la anuencia de los demás socios, una postura que defiende especialmente Brasil.

“Ganemos autonomía, sin dejar de respetar los acuerdos que nos hermanan, y si lo que nos hermana es comerciar libremente entre nosotros, propongo que aflojemos las ataduras que hoy nos ahogan en vez de fortalecernos”, afirmó.

“Espero que, sin anteojeras ideológicas, tengamos la honestidad intelectual suficiente para poder hacernos las preguntas difíciles y el coraje para tomar las decisiones necesarias”, concluyó.

AFP

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