Un presidente en la Catedral salvado por Dios de sus dos intentos de asesinato. La llegada a Francia del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, para asistir a la reinauguración de la catedral fue una sorpresa para Emmanuel Macron y para el país. Al igual que sus elogios a la reconstrucción de la catedral.
Por Clarín
Es un recordatorio de cómo su carrera política es inseparable de la religión: desde la derecha católica hasta las nuevas creencias cristianas que se desarrollan en Estados Unidos.
Poco o nada en el carácter o las palabras de Donald Trump sugiere un compromiso cristiano genuino o cualquier forma de piedad. Solo hay que escucharlo.
Sin embargo, al elegir la reapertura de Notre-Dame de París para su gran regreso a la escena internacional, marcando simbólicamente el inicio de su mandato antes de la toma de posesión el 20 de enero, el líder republicano recuerda cómo la religión cristiana fue una fuerza central de su anterior mandato. Y una piedra angular de su campaña.
Donald Trump y Dios
En marzo pasado, instó a sus seguidores a comprar una edición de una Biblia para reponer sus arcas de campaña. “Es mi libro favorito”, aseguró. Agregó: “Make America Pray Again”.
En junio, exclamó su amor por los Diez Mandamientos, que quería ver expuestos en todas las aulas del país.
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