Fuerzas rebeldes lideradas por el grupo Hayat Tahrir al-Sham (Organismo de Liberación del Levante, HTS por sus siglas en árabe) tomaron el control de la prisión de Sednaya, un lugar emblemático de los abusos bajo el régimen de , liberando a miles de detenidos mientras consolidaban su posición en Damasco.
Por Infobae
En un mensaje difundido en Telegram, los insurgentes declararon el “fin de una era de tiranía en la prisión de Sednaya”, conocida internacionalmente por su historial de abusos y ejecuciones masivas. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización con sede en el Reino Unido que monitorea el conflicto, confirmó que las puertas de la cárcel fueron abiertas “para miles de detenidos que fueron encarcelados por el aparato de seguridad durante todo el régimen”.
Sednaya, situada al norte de la capital siria, ha sido denunciada durante años por organizaciones de derechos humanos como un centro de tortura y ejecuciones extrajudiciales. Conocida como un símbolo de la opresión del régimen, su apertura marca un evento significativo en la rápida ofensiva que puso fin a cinco décadas de gobierno del partido Baath.
Los informes señalan que las fuerzas de seguridad del gobierno abandonaron el recinto antes de la llegada de los insurgentes, quienes transmitieron imágenes mostrando a prisioneros saliendo del complejo.
En uno de los videos que circularon en las redes sociales, varias mujeres y niños aparecen encerrados en una celda. Los insurgentes abren las puertas y se escucha a uno de ellos gritar: “Se ha ido, Bashar al-Assad se ha ido, pueden irse”. Este momento, acompañado de gestos de incredulidad y alivio por parte de las prisioneras, ha sido ampliamente compartido como símbolo del colapso del régimen.
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