El 17 de agosto de 1980, la familia Chamberlain, compuesta por Lindy, Michael y sus tres hijos, llegó al Parque Nacional de Uluru, un lugar emblemático cerca de la roca Ayers y una zona considerada como patrimonio de la humanidad.
Por: TN
El objetivo de aquella visita era disfrutar de unas tranquilas vacaciones en uno de los destinos más populares del país. Sin embargo, en cuestión de horas, lo que prometía ser uno de los mejores viajes familiares se convirtió en una tragedia y en una de las historias más polémicas de Australia.
Durante la noche de ese domingo, mientras los Chamberlain y otras familias preparaban la cena, se escucharon gritos de la carpa donde dormía Azaria, la hija menor que tenía apenas nueve semanas. Rápidamente, Lindy corrió al lugar para saber qué pasaba y, según su declaración, vio a un dingo -un perro salvaje del desierto australiano- que se alejaba con su hija de dos meses en la boca.
A pesar de una intensa búsqueda que duró toda la noche y que incluyó la colaboración de otras personas que estaban acampando, la única pista encontrada fue una campera ensangrentada, que era la que llevaba la beba. Sin embargo, no hubo más rastro de ella.
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