Exorcismo acabó en violación: la pesadilla que sufrió una mujer porque su casera creía que estaba endemoniada

Exorcismo acabó en violación: la pesadilla que sufrió una mujer porque su casera creía que estaba endemoniada

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El intento de exorcismo de una mujer a su inquilina, a la que creía endemoniada, acabó con una salvaje agresión que incluyó la amputación de dos dedos y una violación. La agresora, Florence, que sufrió un delirio psicopatológico, cumple una condena de 12 años en el centro psiquiátrico penitenciario de Fontcalent (Alicante, en España) y tendrá que indemnizar a su víctima con 90.000 euros, según ha confirmado la pasada semana la Sección de Apelación Penal del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

Por: El Mundo





Los hechos tuvieron lugar en una vivienda de la calle Virgen de Escardiel de Sevilla, donde Florence, de nacionalidad keniana y que vivía con su hija de 7 años, le alquiló una habitación a Ayana (nombre ficticio), congoleña, a primeros de septiembre de 2021. La casera comenzó a sospechar desde los primeros días de convivencia que su inquilina practicaba la brujería y que utilizaba contra ella y contra su hija una suerte de magia negra para perjudicarlas.

Se convenció de que oía voces extrañas y ladridos de perros y que muchos objetos que se encontraba a su paso eran presagios de muerte que Ayana colocaba con la intención de provocarle algún tipo de desgracia. Por ese motivo, Florence intentó que Ayana abandonara el piso, pese a que sólo llevaba viviendo en el mismo dos semanas y a que le había pagado por adelantado una fianza. La casera, que estaba decidida a impedir que Ayana siguiera en su casa, le devolvió las cantidades entregadas.

Aprovechando que Ayana había salido a intentar encontrar otro sitio donde alejarse, la acusada roció de agua y de polvo blanco su habitación con el ánimo de limpiarla de maleficios. Después recogió todas las pertenencias de su inquilina y las colocó en la entrada de la vivienda para que se las llevara su dueña.

Ayana había decidido definitivamente marcharse pero previamente denunció lo que estaba ocurriendo en una Comisaría de Policía. De madrugada, regresó al piso para recoger sus pertenencias y descubrió que sus documentos habían sido rociados con agua. Cuando Florence se percató de que había vuelto “se puso furiosa” e inició una discusión con la inquilina, según el detalle de los hechos probados que relata la sentencia. “En el convencimiento de que estaba poseída por el demonio y quería matarla a ella y a su hija, Florence echó una botella de agua con sal en la cara de A., que perdió momentáneamente la visión y cayó al suelo, instante en que la procesada se tiró sobre ella y empezó a darle puñetazos por todo el cuerpo”.

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