El Liverpool aseguró su dominio en la fase de grupos de la Liga de Campeones con una ajustada victoria ante el Girona en Montilivi. Mohamed Salah convirtió un penalti en el minuto 63, suficiente para mantener el pleno de victorias del equipo inglés, y dejar al conjunto catalán en una posición crítica.
El Girona deberá vencer al Milan como visitante y al Arsenal en casa para soñar con avanzar a las eliminatorias.
El encuentro comenzó con un Liverpool dominante, liderado por Darwin Núñez y Joe Gomez, pero el arquero argentino Paulo Gazzaniga mantuvo al Girona en el partido con paradas cruciales.
Pese a su resistencia inicial, el Girona no logró capitalizar sus oportunidades, reflejando su continua falta de gol en la competición. Este fue su tercer partido consecutivo sin marcar, prolongando una preocupante sequía.
El Girona mostró su mejor versión en la segunda mitad, impulsado por Arnaut Danjuma, quien protagonizó jugadas de peligro, pero se topó repetidamente con un imbatible Alisson Becker. El brasileño demostró su calidad en varias ocasiones, frustrando a los delanteros del equipo local y consolidándose como una de las figuras del partido.
El penalti decisivo llegó tras una revisión del VAR, que detectó una falta de Donny van de Beek sobre Luis Díaz. Salah engañó a Gazzaniga y selló la victoria para los “reds”. Pese a su esfuerzo, el Girona no pudo revertir el marcador, acumulando su quinta derrota en seis jornadas y quedándose con solo tres puntos en el grupo.
Aunque fue un resultado adverso para el Girona, el público de Montilivi despidió a sus jugadores con aplausos, valorando la valentía mostrada ante un gigante europeo. Sin embargo, el equipo de Míchel Sánchez afronta un reto monumental si quiere mantener vivo su sueño en la Champions League.
EFE