La ONU alertó este miércoles del creciente delito de la trata de menores, favorecido por su vulnerabilidad y el desplazamiento forzoso que desatan los conflictos armados y el cambio climático.
“Particularmente alarmante es la creciente detección de la trata de menores”, destaca el Informe Global sobre Trata de Personas de 2024, tras recordar que este delito, una forma moderna de esclavitud, afecta a todos los países del planeta.
El documento, elaborado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), abarca 153 Estados y analiza los casos de más de 200.000 víctimas detectadas entre 2020 y 2023.
El número de los casos infantiles aumentó un 31 % respecto al nivel previo a la pandemia, siendo más pronunciado, del 38 %, el de las niñas.
Con respecto al total de casos registrados, el porcentaje de víctimas menores de edad subió del 34 % al 38 % (22 % niñas, 16 % varones) entre 2019 y 2022.
Junto a estos aumentos están surgiendo “patrones de explotación distintos para niños y niñas”, pues ellas se ven predominantemente -en un 60 %- sometidas a la explotación sexual, mientras que los varones son con frecuencia reclutados para el trabajo forzoso, la mendicidad o la delincuencia forzada, entre otros fines.
Frente a ediciones anteriores de este informe, en las que las víctimas infantiles se habían registrado principalmente en países de bajos ingresos, los datos más recientes revelan que están aumentando en las naciones ricas.
“Esto es particularmente alarmante en el caso de las niñas traficadas para su explotación sexual”, señala la ONUDD, al tiempo que vincula este fenómeno a los también crecientes movimientos migratorios.
“Después de la pandemia, se han registrado más niños no acompañados en las fronteras de Europa y América del Norte, y en las mismas regiones se detectan más niños como víctimas de trata”, añade.
“A medida que se establece cada vez más el vínculo entre el trabajo infantil y las prácticas nocivas, como el matrimonio forzoso y precoz, que conducen a la trata de niños, la comunidad internacional debería revitalizar las campañas para poner fin al trabajo infantil en todas sus formas”, resalta la ONUDD.
Considera asimismo que las autoridades nacionales deben mejorar la prevención de la trata de menores, especialmente de niñas, garantizando investigaciones “centradas en las víctimas y que tengan en cuenta el trauma, así como programas de protección y asistencia”.
Además, para reducir el riesgo de la explotación de niños migrantes, es necesario “mejorar los servicios y mecanismos de recepción” y proporcionarles “asistencia inmediata” cuando llegan a los países de destino.
La trata es un delito que consiste en captar, retener y explotar a una persona -que suele estar en una situación vulnerable- y además de ser muy lucrativo, tiene un alto grado de impunidad.
Si bien la forma más conocida es la explotación sexual, otras víctimas sufren condiciones de esclavitud en tareas domésticas, la agricultura o, incluso, son obligadas a practicar la mendicidad infantil o vendidas para matrimonios forzosos.
Aunque la ONUDD no ofrece estimaciones sobre víctimas totales, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que casi 28 millones de personas sufren esta esclavitud que mueve más de 235.000 millones de dólares anuales.
EFE