Desde el viernes 2 de agosto a la 1:30 de la mañana, la vida de Jesús Alejandro Álvarez Suárez y su familia cambió para siempre. Una comisión de la Guardia Nacional y funcionarios de la Dgcim llegaron a su vivienda en El Callao, estado Bolívar, para llevarse detenido a su papá, Jesús Rafael Álvarez, y a su mamá, Anny Suárez, en medio del contexto postelectoral del 28 de julio.
Por lapatilla.com
Días después su padre fue trasladado al penal de Tocuyito, donde falleció por causas aún desconocidas. Su madre, aún continúa detenida en el comando 625 de la Guardia Nacional Bolivariana en Puerto Ordaz.
Jesús Alejandro Álvarez se enteró de la muerte de su padre en horas de la noche de este viernes 13 de diciembre por publicaciones en redes sociales, que señalaban que el cuerpo de Jesús Rafael Álvarez estaba en el Hospital Central de Valencia. No recibió una llamada de las autoridades del penal.
“Imagínense una noticia así a una persona que tiene casi un mes aquí con la esperanza de que se va a llevar a su papá vivo y ahora se lo va a llevar, pero no de la forma que él quería, sino tiene que llevarlo hacia el lugar donde se le va a dar a su santa sepultura”, expresó el joven.
Desde que Jesús Alejandro se enteró que su padre había sido trasladado al penal de Tocuyito buscó la manera de conseguir dinero para viajar hasta el estado Carabobo y poder visitarlo pero cuando llegó, le dijeron que los reclusos solo podían recibir visitas de mujeres. Para el joven esto no era posible, debido a que sus dos hermanas son menores de edad (17 y 7 años) y su mamá sigue detenida.
“Nunca pude verlo, lo vi ayer en una foto muerto, pero no lo pude ver más nunca desde que se lo llevaron detenido de allá de El Callao”, aseguró.
Hasta la 1 de la tarde de este sábado 14 de diciembre, a Jesús Alejandro no le habían entregado el cuerpo de su padre.
Relató que la noche del viernes fue al penal y le dijeron que allí “no se ha muerto nadie, aquí no ha pasado nada”. Contó que luego, le pidieron la cédula, la llevó, pero seguía sin tener información clara.
“Me dicen ‘no, que tienes que venir mañana a ver si te damos alguna información, porque esa información es con nosotros’. O sea, no nos dan información clara, todo es como un juego con nosotros. Acudí al Cicpc anoche para que me dieran la orden de retirar el cuerpo. Anoche lo único que me tomaron fue una entrevista, una cuestión de un papel y me dijeron que tenía que venir hoy para retirar ese papel porque tenían que firmarlo. Hoy me dijeron que tenía que esperar, y bueno, hasta ahorita estamos esperando desde las 7 de la mañana, esperando todavía esa orden que todavía no nos han dado”, dijo.
“Mi mamá está destrozada”
Jesús Alejandro comentó que hoy pudo hablar con su madre por una llamada y aseguró que se encuentra destrozada por la noticia de la muerte de su esposo.
“Esa señora me dice que no tiene motivos para vivir, imagínense, yo tengo que darle la fortaleza y decirle: ‘mami, ¿Cómo que no tienes motivos para vivir? Aquí estamos nosotros, tus hijos, esperándote aquí afuera con los brazos abiertos’. Ella me dice que no va a ser lo mismo porque mi papá era su motor, pues, y que no va a ser lo mismo, pero yo le digo que tiene que ser fuerte por nosotros, que yo voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para que ella pueda estar en libertad y sufrir su dolor, como tiene que ser con su familia, nosotros sus tres hijos, y poder darle la santa sepultura a mi papá, porque yo quisiera, yo quiero que ella esté ahí cuando se le vaya a dar su santa sepultura”, expresó el joven en medio de lágrimas.
Ante esto, exigió la libertad para su madre y que le entreguen el cuerpo de su padre.
Sobrevivir en medio del dolor
El joven está en Carabobo desde hace tres meses. Señaló que ha vendido algunas pertenencias para poder sobrevivir.
“Hay dos habitaciones pequeñas que están en la casa (Bolívar), las alquilé ahí para medio sobrevivir, eso también mensualmente. Y más nada, sobreviviendo, sobreviviendo nada más yo y mis dos hermanas menores de 17 y 7 años. La niña actualmente no me está yendo para la escuela porque imagínense, nosotros tres, cómo mi hermana va, queda lejos. Yo tomé la decisión de que no, no me lleves a la niña para la escuela porque cruza una carretera, una cuestión, me le pasa algo, es peor la situación, peor aún de lo que ya estamos viviendo, imagínense”, contó.
Adela Moreno, una amiga de la famila, acogió en su hogar en Guacara a Jesús Alejandro. La señora manifestó que la situación de sus padres ha afectado al joven.
“Él iba allá al Penal y no lo dejaban ver. Y él llegaba a la casa todo triste, se iba a las 7 de la mañana, llegaba a las 6 de la tarde. Entre caminar y a veces aguantando hasta hambre, porque a veces no había (comida). Entonces, la cosa se fue acumulando, y bueno, ya él decidió que tenía que tratar de ir periódicamente. Pero los primeros día era todos los días, desde la mañana hasta la tarde, todos los días”, recordó Moreno.
La señora se unió al clamor de Jesús Alejandro y pidió la libertad para su madre.