Abundan predicciones basadas en deseos, supuestos poderes superiores, fantasías, bulos, farsas envalentonadas, poderes mágicos; todas creadoras de expectativas sin base o razón alguna. Nada que intente predecir el futuro puede ser serio.
Se intenta si, en base a variables científicamente concebidas, definir estrategias, que tampoco pueden considerarse como propuestas estáticas, pues ya estarían marcadas por caminos irreales, ante la cambiante vida actual, de sobresaltos y movimientos nerviosos. Nos acostamos sin saber cómo amanecerá el movimiento geopolítico mundial.
Investigadores del Danés Copenhagen Institute For Futures Studies, se han dedicado desde hace varias décadas, a la estructuración de una propuesta metodológica, permitiendo llevar luz, no esperar desprevenido los acontecimientos.
Han explicado estos especialistas los elementos básicos en el diseño de actuaciones futuras, destacándose algunas afirmaciones importantes:
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Es errático considerar un solo factor a la hora de abordar un mapa de propuestas. En un mundo abierto es necesario transitar varios caminos. Es equivocado enfocarse en una sola dirección. Han señalado, como variable imprescindible, las megatendencias, requiriéndose búsquedas complicadas en el enjambre social.
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Abordar las expectativas ciudadanas no es tarea fácil, son como las olas del mar, bajan y suben de intensidad.
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En la toma de decisiones estratégicas no se pueden ignorar posibilidades incomodas y se deben considerar disrupciones, alteraciones importantes. Ningún paso es fácil, conocer la realidad ayuda a prepararse para las situaciones complicadas.
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La base del análisis no puede ignorar las perspectivas externas, las cuales deben ser atendidas con igual fuerza. La respuesta ciudadana es global y todas son importantes a la hora de desarrollar un proyecto no utópico.
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Es necesario fomentar la cascada de reacciones que impulsen un punto de inflexión.
Después de tanta opresión y desarraigo, Venezuela ha encontrado un camino, precisamente por contar con un liderazgo que no está adivinando el futuro. Construye una propuesta que considera conectar casi 8 de millones de personas, obligadas a salir del país y que constituyen fuerza humana imprescindible para lograr rehacerlo.
Todo se ha estructurado gracias al liderazgo de María Corina Machado, venciendo todo tipo de dificultades y esto apenas está comenzando; no existe otra posibilidad real y el proyecto llega fortalecido al 2025. No es hablar del futuro, es construirlo.
Corresponde a todos asumir el punto fundamental, llegado este momento: paciencia estratégica.
Nada ganamos con agudizar la sensación de incertidumbre. Está demostrado que ni la dirigencia, ni la población mayoritaria han sido negligentes, al contrario, la tormenta no ha hecho mella. Tanto Machado como el presidente electo, alcanzan niveles de apoyo inéditos en el país. El trabajo ha sido permanente variando las formas de lucha. No actuando de manera prematura.
El objetivo estratégico debe desarrollarse plenamente en la nueva coyuntura. Un analista contemporáneo, conocedor del tema, Francisco Gan Pampols, ha señalado: “Paciencia, perseverancia, organización y estrategia, porque lo que vemos no es lo que hay ni mucho menos lo que habrá”.
La razón ciudadana es invencible.
(Dr. Derecho Internacional).