El País: El chavismo blinda la toma de posesión de Nicolás Maduro

El País: El chavismo blinda la toma de posesión de Nicolás Maduro

AFP

 

El chavismo ha aprendido a vivir en estado de combustión, sobre todo después de las elecciones presidenciales del pasado julio. Nicolás Maduro, disgustado por la información errónea que recibió en la campaña ?la victoria estaba “asegurada” por la movilización de los fieles, los empleados públicos y sus familias?, mantiene en máxima tensión al Gobierno y no quiere dejar nada al azar. Sobre todo en lo relativo al 10 de enero, el día que da por seguro que se investirá como presidente por otros cuatro años, a pesar de las sospechas fundadas de que cometió un fraude electoral. Maduro y su entorno analizan todos los escenarios posibles: una insurrección militar, una invasión y hasta la entrada en Venezuela por alguna de sus fronteras de Edmundo González Urrutia, ganador de las presidenciales según las actas electorales recogidas por la oposición y que el régimen se ha negado a mostrar.

Por Juan Diego Quesada / Florantonia Singer / elpais.com





La sensación general es que todos estos planteamientos resultan improbables. Casi con toda seguridad, Maduro será investido presidente sin mayores problemas. “En verdad percibo que el enemigo poderoso y cruel está desactivado para cualquier plan subversivo”, dice un jerarca del chavismo muy próximo a Maduro. Pero eso no quiere decir que no se mantenga alerta llegado el caso. La cúpula del Gobierno ha querido transmitir una imagen de fuerza. Los últimos días de 2024 dejaron imágenes como la de Diosdado Cabello disparando con un fusil ?se trata de un militar en retiro con rango de teniente que acompañó a Hugo Chávez en un intento de golpe de Estado contra Carlos Andrés Pérez en 1992?. Cabello, en quien pensó Chávez como sucesor antes de decantarse por Maduro, ahora ejerce de ministro del Interior, un cargo que ocupa desde el conflicto postelectoral como una manera de cerrar el Gobierno y llenarlo de los más radicales. Lleva semanas hablando de una amenaza “inminente” para la que se dicen preparados.

“El que intente meterse con Venezuela, la va a pagar muy caro. Ellos podrán entrar si se lo proponen, el problema de ellos va a ser salir de esta tierra”, dijo Cabello el domingo pasado desde La Guaira, durante la inauguración de un centro de entrenamiento para la Policía Nacional Bolivariana, la ocasión que le permitió mostrar sus destrezas con los fusiles en vídeos que difundió el aparato de propaganda. “No son pocas las amenazas que contra nuestro país hacen cada día desde los distintos lugares del mundo, los enemigos internos y los enemigos externos”, agregó antes de asegurar que hay 20.000 efectivos formados en acciones de fuerzas especiales en Venezuela, desplegados en todo el país con el “mejor armamento para la defensa”.

Antes de esto, al patrullaje que suele incrementarse por Navidad se incorporó el componente militar con unidades de reacción rápida, las llamadas URRA, una evolución del pelotón de armas hacia una unidad de maniobra ligera adaptable a la misión y la zona de operaciones que le toque operar. En un acto televisado, apareció el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, acompañado de Cabello, entregando vehículos blindados para el orden interno a la Guardia Nacional. En las calles de Caracas, el número de puestos de control policial y el patrullaje a cargo de hombres encapuchados con armas largas se suma a lo que parece una estrategia coordinada para disuadir cualquier tipo de amenaza contra el Gobierno mediante la fuerza de la intimidación.

Ha sido Cabello el portavoz de las detenciones recientes de extranjeros en el país, que el Gobierno chavista ha usado como evidencias de “planes terroristas” y que ha servido para confirmar su narrativa del constante asedio internacional “para desestabilizar a Venezuela”. La seguidilla de arrestos incluye a tres estadounidenses, uno de ellos marinero de la Armada; a José María Basoa Valdovinos y Andrés Martínez Adasme, dos españoles que estaban de turismo en Venezuela y a quienes señalaron de ser agentes del Centro Nacional de Inteligencia; y el más reciente caso del gendarme argentino Nahuel Gallo, que venía a visitar a su pareja y al que ahora se investiga por terrorismo.

El chavismo ha relacionado las actividades de bandas criminales como el Tren de Aragua, que por años operó desde una cárcel en Venezuela, con la oposición y con las formas de organización diseñadas para la campaña electoral ?después de años en los que el Gobierno negaba la existencia misma del grupo?. De esa forma han intentado criminalizar los “comanditos”, integrados por voluntarios de la líder opositora, María Corina Machado, que se movilizaron de forma cívica el día de las elecciones para apoyar la candidatura de Edmundo González. Gran parte de los más de 2.000 detenidos en este tiempo pertenecían a estas organizaciones. Es por ello que Cabello también ha señalado que 2025 será el año de luchar contra “las bandas de la delincuencia organizada que terminan siendo usadas por el fascismo”, como comúnmente se refiere a los adversarios del chavismo.

Desde el lugar secreto en el que se encuentra a resguardo, Machado ha lanzado un mensaje de optimismo y ha pedido a los ciudadanos que se sigan movilizando en las calles: “La hora ha llegado. Por nuestros hijos, por nuestra amada tierra, por nuestra Libertad. Depende de ti, de mí, de todos. Tú tienes que estar ahí. Yo estaré contigo. GLORIA AL BRAVO PUEBLO!!”. Por su parte, Edmundo González, desde su exilio en España, ha escrito: ”Hoy, el primer día del año 2025, recordamos que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, nuestra Carta Magna desde el 15 de diciembre de 1999, es la base de nuestro orden constitucional. El artículo 5 establece que la soberanía reside en el pueblo, quien la ejerce directamente a través del sufragio. El artículo 7 reafirma que la Constitución es la norma suprema que rige a todos, sin excepción. Defender los principios de un Estado de derecho es nuestro compromiso. #SoberaníaPopular #EstadoDerecho”.

El chavismo quiere blindarse con la movilización de sus seguidores en los días previos y posteriores al 10 de enero. En las bases del movimiento ya se ha adelantado una programación de actividades que supuestamente ha comenzado este 1 de enero, que abría con un concierto de fin de año en las afueras de Miraflores. Para el día de la asunción en el poder en el Palacio Legislativo, el PSUV, el partido oficialista, ha prometido llenar 10 avenidas de Caracas. “El 28 de julio el pueblo se expresó y el CNE [Consejo Nacional Electoral] proclamó, de acuerdo al voto popular, a Nicolás Maduro como presidente de la República. El 10 de enero nos vemos en la calle, nos vamos a juramentar todos. Vamos pa’ la calle, cada quien haga su banda”, ha dicho Cabello, también primer vicepresidente del partido. “Nos han buscado por las buenas y los hemos derrotado; nos han buscado por las malas y los hemos derrotado y lo seguiremos haciendo”, agregó.

Hace unos días, el fiscal general, Tarek William Saab, anunció la liberación de más de 400 presos, que unidos a otra tanda liberada antes, suma 1.400 excarcelaciones. El chavismo trata así de atraer a mandatarios de más países a la coronación de Maduro, pero está por ver qué capitales mandarán representación y el estatus de esta. Aunque a día de hoy esa sea la fotografía fija, el chavismo no quiere dejar nada a la fortuna. En el Palacio de Miraflores, la sede del Gobierno y ocasional residencia de Maduro y Cilia Flores, la primera dama, se mantienen vigilantes.