“No se vengan por aquí”: El desgarrador relato de una familia emigrante venezolana que perdió todo

“No se vengan por aquí”: El desgarrador relato de una familia emigrante venezolana que perdió todo

Referencial

 

Una familia que salió de Mérida buscando un mejor porvenir tras el sueño americano, vio su travesía truncada en la selva del Darién. Hoy se encuentran en Honduras y piden ayuda para retornar a su país natal.

Por: Jesús Quintero | Corresponsalía lapatilla.com





Jesús Vera, junto a su esposa Ingrid y su hijo adolescente, tomaron la difícil decisión de emigrar a finales de noviembre de 2024, buscando estabilidad económica y calidad de vida, a miles de kilómetros de distancia de su gente y de su tierra.

Una travesía de semanas, marcada por el agotamiento físico que implica emigrar con unas pocas mudas de ropa y algo de dinero en sus bolsillos, con un futuro incierto hacia un lugar desconocido y con una cultura diferente.

En su paso obligado por la el tapón del Darién, entre Colombia y Panamá, para encaminar su travesía hacia Centroamérica, tuvieron una experiencia desagradable para cualquiera: fueron robados, quedando prácticamente sin nada.

“Fue una experiencia desagradable, que no vale la pena recordar. Muchachas que eran abusadas, nos quitaron prácticamente todo, pero gracias a Dios tenemos vida”, contó Ingrid, haciendo referencia a lo vivido.

Finalmente, lograron llegar al punto de control migratorio en Honduras y allí se encuentran en un refugio dispuesto por Cáritas para ayudar a los miles de migrantes que diariamente siguen la travesía rumbo a México y cruzan hacia Estados Unidos.

“Estamos bastante mal, bastante adoloridos de lo sucedido, de la golpiza, de lo que le pegaron al niño, de los que nos robaron”, relató Jesús Vera.

“Fueron cuatro días en esa selva horrible. Pero bueno, aquí vamos luchando, aquí vamos saliendo adelante. Y nada, pidiéndole mucho a Dios que nos dé mucha fortaleza para seguir avanzando”.

Es mejor no emigrar

Para Jesús, lo mejor que les puede pasar es que los deporten. “Estoy tratando de llegar a alguna inmigración para que me deporten, porque ya no hay dinero para más nada. Nos dejaron sin nada, sin comida, sin nada. Entonces, bueno, estamos acá en Honduras y aquí espero entrar a la ONU a solicitar ayuda psicológica. Y bueno, a ver qué nos saquen de aquí”.

En medio de sus palabras, fue enfático: “No se vengan por aquí, muchachos. Algún conocido, algún amigo que tiene pensado, díganle que no lo haga. Que se quede mejor en sus casas, tranquilos. Una lección de vida es que el dinero no es todo en la vida, sino la felicidad, la paz mental, que no tiene precio”.

En el lugar reciben la alimentación necesaria mientras pernoctan. La Cruz Roja también les brindó apoyo con unas tarjetas prepagadas para comprar insumos.

Buscando ayuda

Desde Mérida se ha emprendido una campaña para recaudar dinero, apoyarlos y que retornen a su ciudad natal.

La situación de los migrantes venezolanos es bastante compleja.

Se estima que más de 7 millones de ciudadanos se han visto obligados a migrar por razones económicas, políticas y sociales de sus ciudades de origen en Venezuela, en búsqueda de mejor calidad de vida y estabilidad en otros países de la región o alcanzar el sueño americano en los Estados Unidos.

Otros se arriesgan a emigrar hacia países de Europa para tratar de comenzar una nueva vida.

En el caso de los venezolanos que migran a Estados Unidos, el sueño americano se entrelaza con la necesidad de escapar de la crisis humanitaria y económica.

Sin lugar a dudas, estos migrantes enfrentan desafíos adicionales, como la adaptación a la cultura del país receptor, el aprendizaje de un nuevo idioma y la búsqueda de empleo en un mercado laboral competitivo.

Sin embargo, el sueño americano sigue siendo una fuerza motivadora para muchos, pero es importante tener en cuenta que alcanzarlo requiere esfuerzo, determinación y, a menudo, un poco de suerte, por lo que la realidad es compleja y cada persona tiene su propia experiencia.