Casarse después de los 30 aumenta las probabilidades de éxito matrimonial

Casarse después de los 30 aumenta las probabilidades de éxito matrimonial

La edad a la que decides casarte es un factor sorprendentemente relevante a la hora de predecir el éxito de tu matrimonio, aunque no de la forma que se pensaba anteriormente. Si bien se creía que los matrimonios más tarde en la vida aumentaban la estabilidad con el tiempo, un estudio reciente revela que la relación entre la edad y el divorcio no es tan lineal como se suponía.

Por larazon.es





Tradicionalmente, se pensaba que las personas que se casan a una edad temprana (como los adolescentes) tenían mayores probabilidades de divorciarse debido a la falta de estabilidad emocional, problemas económicos y la presión externa de cumplir con expectativas sociales y familiares. Los expertos explican que la falta de experiencia en relaciones y la inmadurez emocional pueden hacer que los matrimonios jóvenes enfrenten mayores dificultades. Según estadísticas, el divorcio es un 50% menos probable para quienes se casan a los 25 años en comparación con quienes lo hacen a los 20 años.

Por otro lado, se asumía que las personas que se casan después de los 30 años son más maduras, emocionalmente estables y financieramente seguras, lo que contribuiría a un matrimonio más exitoso. Sin embargo, la investigación ha demostrado que hay una ventana de edad óptima para casarse, más allá de la cual las probabilidades de divorcio aumentan.

Estudio de Nicholas Wolfinger: Un análisis revelador

El sociólogo Nicholas Wolfinger, en un análisis basado en los datos de la Encuesta Nacional de Crecimiento Familiar (2006-2010), ha desafiado la idea convencional. Según su investigación, aunque los matrimonios a una edad más avanzada parecen ser más estables, casarse después de los 35 años podría, en realidad, ser más arriesgado que hacerlo entre los 28 y los 32 años. La tasa de divorcio disminuye notablemente hasta los 30 años, pero aumenta nuevamente después de los 35.

De acuerdo con el estudio de Wolfinger, las parejas que se casaron en sus primeros 20s tienen un 27% de riesgo de divorcio después de cinco años, mientras que las parejas de 25 a 29 años tienen solo un 14% de riesgo, y las parejas de 30 a 34 años un 10% de riesgo. Sin embargo, los que se casan después de los 35 años tienen un 17% de riesgo de divorcio durante los primeros cinco años.

La madurez emocional y la estabilidad económica son dos de los factores más importantes para predecir la longevidad de un matrimonio. Las parejas que se casan más tarde suelen haber alcanzado una mayor autonomía financiera, tienen una mejor comprensión de sus objetivos de vida y más experiencia personal. Esto puede traducirse en una mayor capacidad para afrontar los desafíos que surgen dentro de una relación a largo plazo.

Wolfinger sugiere que las parejas que esperan hasta después de los 35 años para casarse hoy en día no lo hacen por la búsqueda de estabilidad económica, sino que podrían estar en una fase de autoselección, lo que implica que aquellos que no se casaron antes podrían ser menos propensos a tener éxito en una relación comprometida. Este fenómeno podría deberse a que las personas que cohabitan sin casarse o que han tenido más relaciones previas pueden tener menos opciones para encontrar un compañero con quien tengan una compatibilidad duradera.

Datos históricos y cambios en las tendencias matrimoniales

La edad a la que las personas contraen matrimonio ha cambiado significativamente en las últimas décadas. En 1976, solo uno de cada 15 hombres solteros y una de cada 20 mujeres solteras se casaron. Para 2016, las cifras habían disminuido considerablemente, con solo 1 de cada 46 hombres y 1 de cada 50 mujeres casándose. La edad promedio para el primer matrimonio ha aumentado más de 8 años, pasando a ser de 31,5 años para las mujeres y 33,4 años para los hombres.

Este cambio también se refleja en la edad a la que las mujeres tienen su primer hijo, que ha aumentado en más de 4 años, alcanzando los 28,8 años.

La edad ideal para casarse

Los estudios sugieren que, aunque las parejas que se casan en sus 30s tienden a tener un matrimonio más estable, la mejor franja de edad para casarse parece ser entre los 28 y los 32 años, donde las probabilidades de éxito son mayores. Casarse después de los 35 años puede conllevar mayores riesgos, aunque no es una regla estricta. Cada pareja es única, y factores como la madurez, la estabilidad emocional y la experiencia personal son determinantes clave para el éxito a largo plazo.