“Mano Muerta”, el apocalíptico recurso final de Rusia en caso de que Putin sea asesinado

“Mano Muerta”, el apocalíptico recurso final de Rusia en caso de que Putin sea asesinado

Ante un hipotético escenario en el que Vladimir Putin fuera asesinado, Rusia accionaría un plan de contingencia. (Foto: archivo DEF)

 

 

La amenaza de una guerra global se cierne sobre el mundo cada vez que una de las potencias se involucra en un conflicto bélico. Las consecuencias de un enfrentamiento de estas magnitudes siempre giran en torno a la destrucción total de uno de los países. Al respecto, Rusia contempla la posibilidad de un ataque devastador y podría accionar “Mano Muerta”, un sistema que solo se pondría en marcha ante la muerte de Vladimir Putin y la totalidad de la cúpula militar.





Por Nataniel Peirano | Infobae

En el marco de la Guerra Fría y ante el temor de una escalada fatídica, Estados Unidos y la Unión Soviética desarrollaron un arsenal mortal capaz de erradicar a su enemigo. Sin embargo, la posibilidad de un segundo ataque nuclear, una eventual represalia tras sufrir una ofensiva con armamento no convencional, fue una de las principales ambiciones del gobierno soviético.

La capacidad de respuesta es una parte esencial de las estrategias de disuasión que se utilizan hace décadas e incluso en la actualidad. En Moscú, creían que tener el poder de contestar un ataque nuclear sería desalentador en primera instancia.

Para ello, desarrollaron “Perimeter”, también conocido como “Mano Muerta”. Y, como su nombre lo indica, se trata de una medida que solo se accionaría ante la muerte total de sus líderes, no solo de su presidente. Para ser accionada, la línea sucesoria y la cúpula militar del Kremlin deberían quedar neutralizadas. Ante este escenario de anarquía total, producto de un ataque de los submarinos estadounidenses, el comando nuclear del ejército rojo desataría el infierno.

Rusia contempla la posibilidad de un ataque devastador y podría accionar “Mano Muerta”. (Foto: archivo DEF)

 

Este sistema fue ideado en 1974 y entró en funcionamiento en 1985, con silos de lanzamiento de misiles en Vypolzovo y Kostroma, 150 y 230 kilómetros al noroeste de Moscú respectivamente. En los últimos años de existencia, e incluso posteriormente a su caída, fue actualizado con las nuevas innovaciones balísticas de Rusia, la nación sucesora de la tecnología soviética.

El actual conflicto que enfrenta a Rusia y Ucrania va rumbo a cumplir su tercer año en curso el próximo 24 de febrero. La complejidad de la guerra y la participación de actores ajenos al conflicto rememoran el temor de una escalada global.

Tanto EE. UU. como los rusos continuaron con la competencia tecnológica militar y, en medio de los enfrentamientos indirectos entre ambas potencias, las incógnitas sobre el estado “Perimeter” inquietan al mundo. La expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y las invasiones rusas a sus vecinos hacen que las posibilidades de un infierno nuclear estén más cerca que nunca.

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