SEMANA revela impactante radiografía de los incumplimientos de Gustavo Petro y sus ministros

SEMANA revela impactante radiografía de los incumplimientos de Gustavo Petro y sus ministros

Gustavo Petro y sus ministros. SEMANA

 

 

Esta semana, en el famoso y caótico consejo de ministros, el presidente colombiano Gustavo Petro admitió un fracaso. En directo por televisión, ante millones de colombianos, reveló que no ha podido cumplir con su programa de gobierno. Con una hoja en mano, enfiló baterías contra algunos de sus funcionarios y dijo que tenían “agendas paralelas”. Según Petro, su Gobierno de Colombia hizo 195 compromisos “con el pueblo”, pero solo se han podido cumplir 49; “146 no se han cumplido hasta el momento, señoras y señores. Anoten, los tengo todos por ministerio”, manifestó.

Por SEMANA

El presidente esbozó apenas algunas cifras, sector por sector. Educación, en cabeza de Daniel Rojas, es el que más incumple, con 18 compromisos sin materializar. En las cuentas de Petro le siguen Energía (16 compromisos sin cumplir) y Defensa (15), dos sectores en estado crítico. “Es fatal. Se lo digo al pueblo porque me da vergüenza. El presidente es revolucionario, el Gobierno no”, reconoció el mandatario, visiblemente indignado, cuando le faltan apenas 18 meses para concluir su gestión.

Esas pocas cifras que Petro alcanzó a poner sobre la mesa, antes de que estallaran las recriminaciones mutuas, se las entregó horas antes Armando Benedetti, el jefe de despacho de la Presidencia. Sin embargo, lo dicho por el presidente se queda muy corto. SEMANA consolidó toda la información y presenta una alarmante radiografía de los incumplimientos de un Gobierno que prometió un “cambio”, hoy inexistente.

Este medio revisó en detalle cada una de las propuestas contenidas en el programa que Petro radicó ante la Registraduría y encontró un resultado preocupante: de 214 promesas, a la fecha solo se han concretado 27. Es decir, el nivel de cumplimiento del presidente y sus ministros es de apenas el 12,6 por ciento. Si se tratara de un año académico, Petro y su gabinete pierden casi todas las materias por una notoria falta de resultados.

Y lo que no se hizo en dos años y seis meses, difícilmente se logrará en el año y medio que le resta al Gobierno. En muy poco tiempo, el país entrará de lleno en una intensa campaña electoral en la que los congresistas estarán más interesados en reelegirse, visitando sus regiones, que en pasar días enteros discutiendo reformas en el Capitolio.

En las 214 promesas se incluyó sacar adelante un ambicioso paquete de 26 reformas en el Congreso. Hasta ahora, solo tres han sido aprobadas (pensional, cultura y Sistema General de Participaciones) y cuatro están en trámite (justicia, salud, agraria y laboral). Las restantes 19 no han sido presentadas o fueron archivadas, con corte al pasado 31 de diciembre, según una detallada investigación de Luz Pastrana, representante a la Cámara por el Huila, quien les puso la lupa a las 54 páginas del programa de Petro.

Entre esas iniciativas prometidas e incumplidas por el presidente están, por ejemplo, la reforma a las Fuerzas Armadas, la reubicación de la Policía en el Ministerio de Interior o de Justicia, la reestructuración de la Unidad Nacional de Protección (UNP), la reforma del sistema de responsabilidad penal para adolescentes, la reforma a la Procuraduría y a la Contraloría, la eliminación de la Comisión de Acusación, la reforma a la Registraduría y al Consejo Nacional Electoral, y hasta una llamativa promesa de reformar el sistema de elección del Congreso. Pero no solo eso, Petro no ha cumplido con reformar el Código de Minas, modificar la Ley de Servicios Públicos, la reforma rural integral, ajustar el ordenamiento territorial, cambiar la ley de contratación, reformar RTVC, ni tampoco con las reformas a la educación y a la política.

El Gobierno también ha incumplido con eliminar el fuero penal militar, desmontar el Esmad (solo hubo un cambio de nombre), crear un tribunal electoral, reducir los costos de los servicios públicos, reemplazar los vehículos a combustión del parque automotor público por eléctricos, prohibir los botaderos de basura a cielo abierto, crear el Ministerio de la Industria, construir una red ferroviaria eléctrica complementaria al canal de Panamá.

“Un programa de gobierno que en casi tres años no lleva en ejecución ni el 15 por ciento es preocupante. A un año y medio de culminar su administración no va a poder lograrlo. El caos le sirve para justificar su falta de acción, de ejecución y cumplimiento de promesas, como pasó en la Alcaldía de Bogotá”, sostuvo la representante Pastrana.

La gente también se ha quedado esperando el mínimo vital de agua, energía, internet, servicios públicos y vivienda, que igualmente prometió el mandatario. Tampoco hubo reducción en los recibos de luz, que en el Caribe siguen padeciendo. Más bien, por problemas de disponibilidad, la molécula de gas subió este 2025, lo cual implicará un gasto extra para los colombianos.

‘Colombia, potencia mundial de la vida’ se tituló el programa de Petro. Junto con Francia Márquez, ambos prometieron con bombos y platillos que a la nación le había llegado “la hora de cambiar”. Ese documento, elaborado con simpatizantes del hoy presidente en las regiones, se concibió como el “inicio” de una transición hacia la vida digna, la superación de la violencia, la justicia social y climática.

Además, se aseguró que se tuvieron en cuenta las peticiones de millones de colombianos en 64 plazas públicas en las que se presentó Petro, incluyendo a campesinos, afrodescendientes, negros, palenqueros, raizales e indígenas. El programa, que hoy cobra vigencia ante el fracaso que Petro admitió en días pasados, fue dividido en tres partes: una dedicada a las mujeres, otra al modelo económico y una última a la democracia “multicolor” y a la seguridad humana.

Se prometió que las mujeres debían ocupar, por lo menos, el 50 por ciento de los cargos públicos en todos los niveles y ramas del poder. Para Petro, la paridad fue un punto de partida, pero no un objetivo que lo desvele. Hoy existe un gabinete mayoritariamente femenino, con 11 mujeres y ocho hombres. Sin embargo, su círculo de funcionarios se ha desbalanceado en varias ocasiones. Por ejemplo, cerró el año pasado con nueve mujeres y diez hombres. A mediados de 2023, quedaron 11 contra ocho, a favor del género masculino, y 15-10, contando los seis departamentos administrativos.

El presidente también prometió disminuir las ocho horas de trabajo no remunerado de las mujeres en sus casas, democratizar la riqueza y un trabajo digno para las madres comunitarias. Todos esos son enunciados con resultados no palpables. Una promesa cumplida parcialmente en ese sentido fue la creación del Ministerio de la Igualdad, que está a cargo del llamado Sistema Nacional del Cuidado.

Pero dicho ministerio ha estado en el ojo del huracán por su falta de ejecución, así como por fallas elementales en el diseño de las políticas públicas, que impiden su puesta en marcha. En el caso del programa Jóvenes en Paz, una de las banderas del Gobierno, hay demoras en los pagos de los subsidios y falta de capacidad de hacer que los beneficiarios ingresen a estudiar. Asimismo, como lo denunció SEMANA, algunos jóvenes vinculados al programa, al parecer, siguen siendo responsables de asesinatos en departamentos como el Cauca.

En materia económica, las propuestas de Petro se centraron principalmente en la “descarbonización” del país y la intención de que se solventen las necesidades energéticas con alternativas limpias. Las propuestas son tan etéreas como que la economía “se moverá con energía proveniente del sol, el agua y el viento”. También se prometió dejar de lado progresivamente la dependencia del petróleo, el carbón y todo tipo de explotaciones, pero se falló en lograr una “economía descarbonizada” o en “democratizar el uso de energías limpias”.

Algunas ideas están en marcha, como dejar atrás el latifundio improductivo, democratizar la tierra fértil y la renegociación de tratados de libre comercio, pero propuestas como avanzar en el catastro multipropósito, están congeladas o con indicadores que dejan mucho que desear. En este último punto, la Procuraduría advirtió que el Gobierno no alcanzará su meta de actualización, que es de 660 municipios. El avance es de solo el 20 por ciento de los 80 millones de hectáreas proyectadas para el final del cuatrienio.

Tampoco existe un ingreso mínimo básico que supere el umbral de la línea de pobreza. Según el Dane, en su último informe sobre pobreza monetaria, este indicador se situó en 2023 en 435.375 pesos por persona, que está lejos del monto que el programa Renta Ciudadana otorga a todo un hogar, y que depende de cómo está conformada cada familia beneficiaria, con valores que van entre 220.000 y un máximo de 500.000 pesos.

Igualmente, se prometió sustituir las economías ilícitas, pero la realidad es otra: los cultivos de coca en Colombia se dispararon y hasta se teme que el nuevo Gobierno de Donald Trump descertifique al Estado por sus pocos resultados en la lucha contra el narcotráfico. El último reporte del Ministerio de Justicia arrojó un incremento del 10 por ciento del área sembrada en el país.

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