
En el mundo de la música, algunos nombres brillan en los reflectores y otros susurran su grandeza en los créditos de una obra maestra. Yadam Andrés, el venezolano que ha llevado su voz por escenarios de Francia, España y Estados Unidos, acaba de marcar un hito en su carrera: ser parte del coro de “El Mal”, interpretación que hizo historia en los Premios Óscar como Mejor Canción Original.
Pero el éxito no ocurrió al azar. Para figurar en el soundtrack de Emilia Pérez, construyó su repertorio al sortear la incertidumbre de la industria y desafiar la estrofa más difícil que enfrentó, la migración. Fue la confirmación de años de lucha, reinvención y talento. En esta entrevista con La Patilla, el artista reveló cómo alcanzó el inesperado logro y de qué manera este reconocimiento abre nuevas puertas en su trayectoria internacional.
lapatilla.com
El destino de Yadam Andrés no estaba escrito en partituras, pero la música encontró en él un lienzo perfecto. Creció entre melodías espontáneas y descubrió su amor por el canto durante la infancia sin saber que aquellos momentos mientras cantaba en el patio de Maracay con su abuelo, tías y primos apenas era el inicio de un sueño de grandeza.
“Cuando fuimos a Estados Unidos amaba grabarme cantando covers en mi habitación. Pero fue cuando llegué a Francia a los 18 años que entendí que la música podía ser más que una pasión, podía ser mi camino”.

Aunque, su formación nunca siguió los parámetros convencionales. A los nueve años empezó su preparación con el violín, pero pronto supo que ese no era su instrumento. “A los 14 convencí a mi mamá de dejar la orquesta”, contó. Desde entonces, su aprendizaje ha sido intuitivo, guiado por el oído, las nociones que aún tiene de solfeo y la experiencia. “Mi verdadera escuela ha sido el escenario y las oportunidades que la vida me ha dado para cantar”.
Su historia es la de un artista sin coordenadas fijas. La migración le ha dado oportunidades y al mismo tiempo le ha impuesto desafíos. “Ha definido quién soy. Me ha dado una perspectiva única del mundo, pero también me ha hecho sentir que no pertenezco a ningún lugar. Es una mezcla de enriquecimiento y desarraigo. Cada país me ha dejado algo, pero sigo en búsqueda de un lugar donde realmente sienta que estoy en casa. (No creo que suceda ya)”, confesó.
Una estrella en ascenso
Por otro lado, el camino en la industria musical en el extranjero tampoco fue sencillo. Sin embargo, su perseverancia fortaleció su carrera y afirmó que su visión siempre estuvo enfocada en vencer los retos con buena actitud sin detenerse a medir los obstáculos.
“No me centro en el nivel de dificultad, solo veo lo que quiero y eso me motiva. Eso sí, la industria es competitiva en cualquier lugar, pero cuando no tienes raíces en un país, todo cuesta el doble. Mi carrera es internacional desde que comenzó porque no se desarrolla en un lugar específico como lo haría un artista que nace, crece y comienza en su ciudad/país. Yo estoy regado”.

Tras alcanzar la final del concurso televisivo Nouvelle Star en Francia, Yadam firmó con una disquera en Los Ángeles, pero para que esas oportunidades se presentaran un factor clave fue determinante. “Siempre he tratado de ser fiel a lo que soy y a mi historia”, destacó.
Su ascenso, más allá de la casualidad, se trata del trabajo de un joven que ha dado cada paso con perseverancia y autenticidad, al buscar abrir caminos aún cuando parecían inexistentes. “Nouvelle Star fue una gran plataforma, pero lo que vino después fue el resultado de seguir trabajando, de no conformarme (…) todo, mientras mantenía un trabajo de 8:00 a.m. a 5:00 p.m.”, reconoció.

Y los retos no fueron pocos. La inestabilidad propia de la industria musical y la condición de artista independiente pusieron a prueba su resistencia. “La música es un camino incierto, y más cuando eres un artista emergente en un país donde nadie te conoce”, explicó.
No obstante, la nostalgia, propia del migrante al estar fuera de Venezuela y lejos de su familia, además de la necesidad de demostrar el doble no desalentaron su espíritu.
La oportunidad de su vida
Su participación en Emilia Pérez surgió casi por imprevisto, pero dejó una marca imborrable en su carrera. “Fue gracias a una conexión con Camille, quien trabajó en la música de la película. Me invitaron a ser parte del coro y al final, mi voz quedó en el soundtrack como artista principal. Fue una sorpresa enorme y una oportunidad que aún no me creo”.
Trabajar con Camille Dalmais y Clément Ducol fue una experiencia enriquecedora. “Son artistas con una sensibilidad y una creatividad impresionantes. La manera en que trabajan la música es muy orgánica y detallada. Fue un proceso muy enriquecedor para mí porque aprendí mucho sobre la interpretación vocal y la producción musical en cine. Además, yo siempre he adorado a Camille. La mayoría conocemos sus canciones sin saberlo”, dijo.
Así, Yadam quedó inmortalizado en los créditos del disco oficial de la película, un reconocimiento que considera invaluable. “Es un pequeño detalle, pero para alguien que ha luchado tanto por hacerse un lugar en la música, significa mucho. Es como una prueba de que, de alguna manera, mi trabajo está dejando huella”.

El momento de la victoria en los Óscar lo vivió en solitario, pero con el corazón lleno de gratitud. “Era mi último día en mi apartamento en Madrid y me pareció simbólico estar tirado en cama a las 3:00 de la mañana esperando el resultado. Estoy muy feliz por el equipo de Emilia Perez. Se trabajó por mucho tiempo y es loco decir que tienes un Óscar. Es loco que pueda decir que formé parte de eso”.
Y llegar allí se convirtió en un logro que le otorgó visibilidad en la industria y confirmó que su carrera se expande a pasos agigantados. “Me ha permitido conectar con personas dentro de la industria que quizás antes no me habrían prestado atención”, admitió.
Una apuesta para triunfar
Para Yadam, la música es su brújula. Cuando regresó a Venezuela para una presentación en el 2023 representó una catarsis sobre lo que sueña con obtener. “Fue lo mejor de mi vida. Es lo que tengo ahora de referencia sobre lo que quiero y deseo lograr con mi carrera. Realmente ser alguien para los venezolanos. El chamo de Maracay”.
A pesar de los obstáculos políticos que impiden que realice nuevos shows en el país, su deseo de volver permanece intacto. “Quiero volver. Venezuela es parte de mí y mi sueño es poder cantar ahí libremente, sin restricciones. Ojalá pronto sea posible”. Mientras tanto, se enfoca en nuevos proyectos, incluyendo su próximo lanzamiento titulado “Alma”, una producción que promete mostrar una faceta más íntima de su arte.

El futuro, según Yadam, no tiene techo. “Saqué un video diciendo que quiero llenar estadios. No era chiste. Que se haga lo que Dios quiera, pero esa es mi intención”. Por ello, a los jóvenes músicos venezolanos que sueñan con labrarse un futuro en el extranjero les aconsejó ser resilientes y no temer iniciar desde cero “las veces que haga falta”. “Que confíen en su arte y que busquen construir una identidad única”, añadió.
Con la convicción de quien ha construido su camino paso a paso, sin atajos, su voz sonará más fuerte, y ahora, con el historial de haber trabajado en una canción ganadora de un Óscar, su nombre cobra aún más protagonismo en la escena musical internacional.