El chavismo se asemeja a una feroz bestia hambrienta — quizás el Leviatán del que habla la Biblia y el filósofo inglés Thomas Hobbes — que se atraganta con todo, dejando desolación a su paso.
En Venezuela, el chavismo provocó la desaparición de los dólares. Cuando finalmente reaparecieron, su efecto fue tan devastador que, en un corto período, lograron lo que a los estadounidenses les ha costado décadas, o incluso siglos: devaluar su moneda.
Hoy, en Venezuela, el socialismo ha devaluado hasta el propio todopoderoso dólar. Cada día se puede comprar menos con muchos, muchos más dólares.
Resulta totalmente increíble, pero es una de las “hazañas” del socialismo.
Nicolás Maduro y su antecesor —no me referiré a él por respeto, sino para evitar evocar malos recuerdos— son los culpables de que ni el dólar pueda soportar la espiral inflacionaria venezolana.
El socialismo ha destruido una economía que se sustentaba en el trabajo, la productividad y fundamentalmente del petróleo.
Al observar a las naciones productoras de crudo, notamos que la inmensa mayoría goza de un potencial y calidad de vida que oscila entre “aceptable” y “óptimo”; en contraste, nosotros somos el único país productor de petróleo que vive sumido en la pobreza.
Además, los socialistas han acabado con la producción petrolera, aniquilando a PDVSA y convirtiéndola en una empresa en ruinas, debido a la politización de su dirección y la ineptitud en sus operaciones.
Tomaron a PDVSA -una de las transnacionales más importantes del mundo de los hidrocarburos— y la llevaron al colapso.
¡Qué gran logro de la izquierda nacional!
Hoy, Venezuela ha perdido el prestigio que una vez tuvo en la industria petrolera. Y esa es una responsabilidad exclusiva de los socialistas que han desgobernado nuestra nación durante las últimas décadas.
Como si fuera poco, la llamada “revolución del siglo XXI” ha confiscado y hecho desaparecer las reservas de oro del país.
Hoy, nuestra nación no sabe a ciencia cierta si aún tiene o no reservas de oro en su Banco Central. Nadie lo sabe.
Lo que sí es evidente es que existe un caos en torno a este tema, al punto que algunos directivos del Banco Central “botaron tierrita y no jugaron más”, abandonando sus cargos.
¡Imagínense cómo será la situación en ese lugar!
Hace 30 o 40 años, a pesar de los problemas que existían en ese entonces, el país contaba con una producción petrolera robusta, reservas de oro respetables tanto dentro como fuera del país, y una relación Dólar-Bolívar que ofrecía un importante margen de maniobra.
Hoy, todo eso ha desaparecido; ese monstruo llamado socialismo destruyó todo. Estuvo a punto de acabar con la esperanza de la gente, pero ésta ¡afortunadamente! ha sido salvada por el liderazgo de María Corina Machado.
Así de simple.