Jonathan Benavides: El lenguaje de la guerra y los idiotas - LaPatilla.com

Jonathan Benavides: El lenguaje de la guerra y los idiotas

Cuando veo las expresiones de los progresistas y de los “políticamente correctos”, opinando sobre las operaciones israelíes en Gaza, no puedo menos que sentir un revulsivo ante la ignorancia y estupidez que hacen gala. Esos idiotas, si escribí idiotas, demuestran absoluta ignorancia no ya de lo que la guerra significa sino sobre lo que es Oriente Medio. En sus estúpidas mentes, todo se resume a un problema de reparto de tierras. Su gigantesca imbecilidad no les permite comprender nada sobre el Islam radicalizado, sobre la declarada intención de destruir a Israel, a todos los países árabes y por supuesto a todo Occidente.

En su enorme patetismo, son incapaces de abrevar en la historia militar, y con ello reconocer que las FF.AA. de Israel son quizás las únicas que han hecho esfuerzos más allá de lo que el derecho de guerra impone para minimizar las muertes de civiles. Realmente sólo imbéciles o judeofobos pueden ignorar esto que escribo. Hay que ser muy imbécil para creer que el terrorismo Islámico se trata con diálogo, mesas pluriculturales y mucha buena voluntad de la ONU. Hay que ser muy imbécil para ignorar lo que los propios Estados árabes piensan de los terroristas islámicos o la manera en que férreamente Egipto se niega a tener palestinos de Gaza en su territorio. Hay que ser un imbécil para creer que Irán es sólo un Estado más y no una fábrica de terroristas. Hay que ser un verdadero imbécil para opinar de Oriente Medio desde la enorme ignorancia y pretender que sus precarias declaraciones son tomadas en serio por países que tienen peso en el mundo. Finalmente hay que ser un verdadero imbécil, para estar del lado de los enemigos declarados de Occidente.





¿Y Europa?

El camino a la paz en Europa no parece estar cercano, aunque luce que Rusia pone la responsabilidad de ello en Europa y el régimen en Kiev. En esto coincide con la administración de Trump; cuidado Ucrania es solamente una ficha en el “gran juego” entre las Grandes Potencias. En realidad, siempre lo fue.

La venta de sistemas antiaéreos por parte de Israel a Chipre, ha descolocado a Turquía. Esto en sí mismo no es relevante, sino una muestra del creciente deterioro de la relación entre Israel y Turquía.  A esto debe sumarse la intención de los yihadistas que controlan la Franja costera de Siria, de alcanzar algún acuerdo con Israel, lo que también molesta a Turquía.

El ingreso a espacio de Estonia de aviones rusos no indica que Rusia atacará la OTAN, pues no tiene fuerzas convencionales para ello, sólo su capacidad nuclear es importante. Si debe verse dentro del contexto mucho más grande de la “Guerra Fría 2.0” y el papel que Rusia en ella jugará, algo que por el momento parece inclinarse al lado de China, gracias al “estadista” Biden.

El pacto de defensa mutua entre Arabia Saudita y Pakistán

Poniendo las cosas en su lugar; Pakistán desde su creación se “autoimpuso” ser una suerte de “guardián del Islám”; algo que se fortaleció cuando hizo su primera prueba nuclear en 1998 (India hizo la suya en 1974). Pakistán hasta los años ochenta del Siglo XX tenía dos cuerpos de ejército desplegados en Arabia Saudita de manera permanente, para “la custodia de los lugares sagrados del Islám”; el acuerdo actual entre Pakistán y Arabia Saudita me parece a mí, no sé qué dirán en los opinólogos, huele a más a una herramienta de negociación de Arabia Saudita que a una necesidad de depender de Pakistán para la defensa del país.

Es cierto Pakistán es el único estado musulmán con armas nucleares, pero si algo no posee Islamabad es credibilidad estratégica.  Esto último se hizo evidente con la paliza que recibió de India hace apenas unos meses, pero las razones son más profundas. Pakistán es un Estado con enorme debilidad económica, y una fragilidad política gigantesca. Lo he explicado en artículos, entrevistas y conferencias, el poder real yace en Rawalpindi donde tiene su asiento el comando del ejército y en modo alguno está en Islamabad. Esto hace que la credibilidad en las autoridades pakistaníes sea algo difícil de medir adecuadamente. ¿Lo que proponen tiene el aval del comandante del ejército?; esa es la pregunta para todo lo que con Pakistán se hace. Arabia Saudita tiene un aliado todo tiempo en EE.UU. y con Israel la situación es mucho mejor de lo que se conoce. Quizás los saudíes con este acuerdo tratan de evitar que Washington pudiera tener alguna intención de minimizar su presencia en Oriente Medio, y entonces hacer este acuerdo obra como una suerte de “débil amenaza” en punto a evitar que EE.UU. se despegue.

 

@J__Benavides