
Francia instó este jueves a evitar «cualquier escalada» entre Estadios Unidos y Venezuela «que pueda amenazar la paz y la seguridad en la región», mientras las tensiones bilaterales aumentaron en los últimos días entre los dos países americanos.
«Francia insta a evitar cualquier escalada que pueda amenazar la paz y la seguridad en la región y más allá», declaró el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Pascal Confavreux, en una rueda de prensa, en la que indicó que París sigue de cerca «los diversos acontecimientos en la región».
El portavoz agregó que París «reitera su compromiso con el respeto del derecho internacional, en particular la Carta de las Naciones Unidas y otras convenciones internacionales aplicables».
El martes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró en su cuenta de Truth Social que Venezuela «está rodeada» por «la armada más grande jamás reunida en la historia de Suramérica» y que la conmoción será como nunca antes hasta que «devuelvan todo el petróleo, las tierras y otros activos que robaron previamente» a EE.UU.
El republicano anunció de esta forma el «bloqueo total y completo» contra los petroleros sancionados, en una escalada importante del operativo militar que inició en las aguas internacionales del mar Caribe que supuestamente tiene como objetivo central combatir a organizaciones del narcotráfico que operan en la región.
Trump agregó que «el régimen ilegítimo de (Nicolás) Maduro está utilizando el petróleo de estos yacimientos robados para financiarse a sí mismo, al narcoterrorismo, la trata de personas, el asesinato y el secuestro».
El miércoles, el gobernante afirmó que Venezuela les quitó los derechos petroleros a las empresas estadounidenses y dijo que los quiere de vuelta.
La industria petrolera venezolana fue nacionalizada el 1 de enero de 1976, durante la primera presidencia de Carlos Andrés Pérez, y se reservó los derechos de exploración y explotación de los yacimientos del país a la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA)
En 2007, el entonces presidente Hugo Chávez modificó las reglas sobre la industria petrolera para obligar a las transnacionales a convertirse en socias minoritarias de PDVSA o retirarse del país.
El objetivo declarado de Washington es reducir los ingresos del gobierno de Nicolás Maduro, al que la administración estadounidense acusa de «corrupción y narcotráfico».
En respuesta, Venezuela denunció un «flagrante acto de agresión», invocando su derecho a la legítima defensa amparado en el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas. Caracas también envió una carta al Consejo de Seguridad de la ONU instando a la comunidad internacional a tomar posición. EFE
