En los países con mayores niveles de desarrollo económico y social, el ahorro se mantiene como una base fundamental para sostener las inversiones que permiten un crecimiento económico sostenido, lo que se traduce en más empleo y mejores salarios.
Se estima que, en estas economías, alrededor del 15 % de los ingresos se destina al ahorro. Estos recursos, a su vez, se transforman en créditos que financian inversiones productivas en sectores como la industria, la vivienda, el comercio y la tecnología. Este proceso impulsa mejoras sociales al sostener altos niveles de calidad de vida y mayores ingresos per cápita para la población.
Actualmente, el ahorro no se limita únicamente a los depósitos bancarios. También se canaliza a través de instrumentos financieros que ofrecen mayores rendimientos. En este contexto, los fondos de pensiones se han consolidado como un mecanismo clave de ahorro a largo plazo para los trabajadores y como una fuente relevante de financiamiento para proyectos productivos. En muchos países, estos fondos actúan como verdaderas palancas del desarrollo, apoyando iniciativas que generan empleo y elevan los salarios.
En conclusión, el ahorro se consolida como un factor determinante para alcanzar mayores niveles de desarrollo económico y social, tal como se evidencia en las economías con altas tasas de ahorro.
Vicente Brito
Presidente
Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución.