Esa es la pregunta que desde hace varios meses nos estamos haciendo 30 millones de venezolanos. Faltan muy pocas horas para que se acabe Julio, el séptimo mes del año, lo cual quiere decir que sólo nos quedan cinco (5) meses, es decir, 150 días, para tratar de llevar a cabo un Referendo Revocatorio que permita poner fin al peor gobierno que hemos tenido en Venezuela en los últimos 50 años y hasta este momento, nadie sabe con exactitud si esa consulta popular podrá llegar a feliz término.
Duele decirlo, pero es la verdad: la MUD y los partidos políticos que la integran perdieron los primeros 4 meses del año discutiendo cuál debía ser el camino para salir de Maduro y su nefasto gobierno. Se nos fue un cuatrimestre debatiendo sobre las diferentes opciones que estaban sobre la mesa: Asamblea Nacional Constituyente, reforma constitucional, renuncia, abandono del cargo, revocatorio, etc. Tras varios meses de discusión y reparto del poder dentro de la Asamblea Nacional, los partidos acogieron el camino del Revocatorio, el cual emprendimos con fervor y pundonor. Si el 6 de enero de este mismo año, la nueva AN se hubiese trazado el camino del revocatorio como meta, quizá otra fuera la historia.
Siete meses después y con apenas 150 días por delante, henos aquí, luchando contra Tibisay Lucena y las demás “reptoras” del CNE quienes siguen jugando con la paciencia de los venezolanos. Las cuatro señoras que manejan a su antojo al principal organismo comicial del país parecen estar convencidas de que pueden hacer cuanto les da la gana, violando la Constitución y las leyes, pare impedir la realización del Referendo Revocatorio contra su jefe Nicolás Maduro Moros.
La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) logró, contra viento y marea, movilizar más del 1% de los electores necesarios en cada uno de los 23 estados del país y el Distrito Capital para cumplir con un requisito sobrevenido, que no está contemplado en el artículo 72 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, inventado por Tibisay Lucena e incorporado a las normas del CNE en el año 2007.
Un mes después de la validación, la Comisión de Participación Política y Financiamiento que preside Luis Emilio Rondón, anunció haber aprobado un informe según el cual, hay 399.412 firmas válidas para activar el revocatorio contra Maduro. Eso supera con creces el 1% reglamentario, que era de 195.572 firmas aproximadamente. Todos sabemos que el número de firmas validadas pudo haber sido mucho mayor. Pero el CNE presidido por Lucena sólo permitió instalar 300 máquinas captahuellas en todo el territorio nacional, con lo cual redujo la posibilidad de que muchos más venezolanos pudieran cumplir con su deber de validar sus firmas durante la jornada que se llevó a cabo entre el 20 y el 24 de junio.
Las “reptoras” del CNE tuvieron en sus manos más de 400 mil firmas validadas desde el 24 de junio, pero no fue hasta el 18 de julio, casi 4 semanas después, cuando se inició el proceso de revisión biométrica que se le hizo a las firmas. La presidenta del CNE, Tibisay Lucena, se comprometió públicamente a entregar el 26 de julio el informe definitivo sobre la cantidad de firmas validadas en cada estado. Pero eso no ocurrió y ahora anuncian que será este lunes 1ero de agosto cuando eso se haga.
La calculadora mortal de Tibisay Lucena y compañía acabó con 1 millón 500 mil firmas en tan solo 60 días. El total de firmas entregadas por la MUD para solicitar la activación del mecanismo y cumplir con el 1% fue de 1.959.779. Las “reptoras” invalidaron 607.727 firmas y sólo aceptaron 1.352.052 rúbricas, las cuales debían validarse entre el 20 y el 24 de junio. La validación se efectuó y sólo permitió que 407.622 personas pudieran refrendar su rúbrica. El informe final de la Comisión de Participación y Financiamiento del CNE dice que hay 399.412 firmas válidas. El Registro Electoral venezolano, al corte de enero de 2016 es de 19.572.144 electores. Eso quiere decir que el 1% es de 195.721 electores. Por tanto, todavía hay 203.691 firmas por encima de lo solicitado por el CNE.
Pudimos haber tenido un millón de firmas validadas, pero la distribución de las 300 captahuellas que habilitó el CNE hizo imposible que más de un millón de personas lograran validar sus huellas. La estrategia oficialista fue muy clara: había que reducir en casi un 75% el total de firmas entregadas por la oposición. Y casi lo lograron: de 1 millón 959 mil 779 firmas entregadas, apenas nos dejaron con 399 mil 412. Nos rasparon 1.560.367 firmas sin pestañear.
El colega Eugenio Martínez, explicó a través de su cuenta en twitter, que el CNE dispuso que sólo se instalaran 300 captahuellas (el organismo tiene 40 mil máquinas) de las cuales 100 se ubicaron en zonas del país donde sólo firmaron 21.172 electores. 97 máquinas captahuellas fueron distribuidas en regiones donde firmaron 106 mil personas. Sólo 103 captahuellas fueron ubicadas en zonas de alta población electoral y, por ende, de alta densidad de firmantes. Todo se hizo para reducir a su mínima expresión la cantidad de firmas válidas.
El oficialismo siempre supo que la máxima capacidad instalada de los 300 captahuellas, trabajando 8 horas diarias, durante 5 días, apenas permitiría autenticar unas 650 mil firmas. Claro, eso sólo podía ocurrir si las 300 máquinas hubiesen operado de manera correcta, cosa que no sucedió. Hubo muchas fallas en los lugares de validación. Máquinas que no funcionaron correctamente y cierre de centros antes de que se cumpliera el horario establecido.
Finalizada la jornada de autenticación de huellas, las “reptoras” del CNE debían emitir y firmar un informe que se daría a conocer a todo el país el pasado 26 de julio, lo cual como ya se sabe, no ocurrió. Inexplicablemente, el directorio del organismo comicial no se reunió y mediante un boletín de prensa se informó que será este lunes 1 de agosto cuando el pronunciamiento oficial del organismo se produzca. La estrategia es ganar tiempo. Ya se fueron 7 meses del año. Sólo quedan 5 meses para tratar de hacer el Revocatorio antes que el 2016 se acabe.
De acuerdo con la normativa del CNE, una vez se compruebe que la oposición logró validar 1% de las firmas en todos los estados, el CNE deberá autorizar a la MUD para que solicite la activación de un referendo revocatorio. En teoría, eso es lo que debería ocurrir este lunes 1 de agosto. Pero como las “reptoras” tienen órdenes precisas de hacer todo cuanto sea posible para que no haya revocatorio este año, no nos extrañaría que el lunes salgan con algún otro cuento de la cripta.
La normativa del CNE establece que una vez aprobado el informe sobre la validación del1% de las rúbricas, la MUD tendrá que solicitar que se realice una segunda recolección de firmas equivalente a 20% de los electores del Registro Electoral. En teoría, si se respetan los lapsos previstos en la norma, este proceso debería realizarse a mediados del mes de septiembre. Pero algo me dice que no va a ser así, y que las “reptoras” están preparadas para ordenar la recolección del 20% a finales de septiembre o quizá la primera semana de octubre.
La norma establece que la recolección del 20% de firmas, es decir, 4 millones de rúbricas, es un proceso en el que la MUD y el CNE deben acordar la cantidad de puntos de recolección de firmas y su ubicación. Técnicos de la oposición sostienen que se necesitan, al menos, unos mil puntos activos de recolección. Pero como las “reptoras” tienen instrucciones de boicotear el referendo, no nos extrañe que ordenen colocar solamente 300 puntos de recolección, de la misma manera como colocaron 300 captahuellas para la validación.
Hay un elemento que debe ser considerado por la MUD y por todos los venezolanos que estamos luchando para revocar el mandato de Nicolás Maduro. Después que se logre recabar el 20% de las firmas, y una vez que éstas sean consignadas ante el CNE, el organismo comicial se tomará su tiempo para verificar cada una de las firmas.
El PSUV ya tiene lista la estrategia a desarrollar entre los meses de agosto y septiembre para impedir que haya Referendo Revocatorio este año. Lo primero que harán será introducir no menos de 100 demandas ante el TSJ. El PSUV quiere poner el énfasis en las 607 mil firmas que fueron invalidadas por supuesto fraude. Cosas de la revolución: lo verdaderamente importante era recoger el 1%, es decir, 195.721 firmas. Esas firmas ya están listas. Pero el PSUV hará caso omiso a eso para enfrascarse en un juicio sobre las 607 mil firmas que según el oficialismo eran chimbas.
Lo otro que harán será tratar de invalidar a la MUD como organización política. Para ello ya Jorge Rodríguez introdujo una solicitud ante el CNE para que ese organismo rechace la inscripción de la MUD como partido político. Mientras el oficialismo intenta destruir a la MUD y acabar con las 399.412 firmas que ya fueron validadas, las “reptoras” del organismo comicial se dedicaran a ganar tiempo con estrategias dilatorias de todo tipo para que los lapsos no alcancen.
No es fácil decirlo, pero según la normativa del CNE, el Referendo Revocatorio debería realizarse en los 90 días siguientes, es decir, 3 meses después del proceso de recolección del 20% de firmas. Si las “reptoras” se salen con la suya, y las firmas se recogen en una fecha posterior al 30 de septiembre las posibilidades de que tengamos Referendo Revocatorio este año son mínimas.
SC. 30 de julio de 2016
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