El golpe de Estado del 4 de Febrero de 1992 es una expresión de la cobardía, ambición y desprecio de una logia militarista centrada en la heroización que despreció el imaginario clausewitziano y el imaginario institucional, privilegiando el imaginario político-real que tiene como valores la fuerza y violencia. Es responsable por su ejecutoria, desde el punto de vista del Comando Militar, una Cúpula Militar que se mueve entre frágil, insolvente y sumisa que generará una Cúpula Claudicante. Cúpula Militar Claudicante que permitirá en el 2002 en el conocido momento político-militar revolucionario la desprofesionalización del estamento militar. Pasados 25 años tan grave atentado contra la civilidad, la democracia y el honor militar no puede tener ninguna celebración.
Por José Machillanda
El 4F y la logia militarista serán los responsables, de acuerdo a la doctrina marxistoride, de convertir al elemento armado en un partido político en armas, como gobierno. El 4F muestra como golpista a una logia sediciosa, desleal y cobarde que irrumpe desde el año 1974 conspirativamente frente a mandos militares tildados de adecos, copeyanos, barraganos o ladrones. El 4F fue posible por cuanto en un sistema político agobiado y corrupto se dieron las causas necesarias y suficientes, que habla de la incomunicación entre el Poder Político y el Alto Mando Militar descuidándose además las relaciones civil-militares y sobre todo la pauta de relación profesional entre los políticos y los mandos militares.
Relaciones civil-militares y pauta de relación profesional erráticas en las cuales se apreciarán fallas estructurales, que se acentuaron después de 1973 cuando la democracia competitiva de partidos políticos firmó la paz, sin conocer el centro de gravedad del enemigo, entendido como guerrilla castrocomunista. Definitivamente, fue irresponsable esa decisión política que además dejó sin misión al estamento militar venezolano que, a partir de esa coyuntura estratégica, produjo y facilitó que el elemento militar operativo transmutara en más administrativo, menos clausewitziano, generando todo esto múltiples consecuencias en el entorno interno militar.
El 4F es también producto del descuido de los mandos sobre la conducta del Oficial y su imaginario institucional, lo cual potenció una amplia corrupción en la que se confundieron operaciones de compra de material de guerra con sobreprecios y comisiones, dando pie a una conchupancia entre el político y el militar. Ese ambiente propició un grave descuido en el análisis del entorno interno militar. Entorno interno militar que facilitó el crecimiento de las condiciones necesarias más condiciones suficientes a partir de los años 1975-1980, donde la murmuración, el irrespeto y hasta el insulto sobre los altos mandos fue moneda corriente.
Los mandos militares, pero sobre todo las Cúpulas, tendrán que rendirle cuenta a la historia y a la sociedad porque el 4F es la resultante de la falta de comando, de la debilidad de la inteligencia militar interna y de la conchupancia posible entre oficiales de la más alta graduación que permitieron, además del golpe de Estado, el golpe del 27 de Noviembre que se entiende como una expresión de la Tesis del Recalentamiento Militar. Lo mando militares que ejercieron funciones entre 1975 y 1992 tienen que explicar cómo fue posible el 4F, pero más grave aún el 27N.
El 4F es también el origen y causa del 27 de Noviembre, más que golpe de Estado una acción criminal, destructora, expresión de la locura y de la violencia, en las cuales las unidades alzadas y supuestamente dirigidas por Almirantes y Generales destruyeron instrumental de guerra. Pero más grave aún, bases aéreas, cuarteles y hasta se atrevieron a bombardear ciudades bajo la consigna pueril, sin sentido de que “Si se habían alzado los Capitales, Mayores y Tenientes Coroneles por qué no podían alzarse los Generales y Almirantes.” Evidentemente, los mandos y cúpulas militares tendrán que rendirle cuantas a la historia y a la sociedad venezolana.
El 4F como acción sediciosa y cobarde fue el motor, junto con la Tesis de Recalentamiento Militar, para que unos Generales y Almirantes igualmente irresponsables, cobardes y débiles mentales asumieran la conducta suicida de bombardear ciudades. La conducta obscena de destruir instrumental de guerra. Responsables de actos sanguinarios, sangrientos, criminales y el protagonismo del imaginario político real. Las Cúpulas Militares sin excepción deberán rendirle cuentas a la Historia, a la sociedad y a la institución militar del Estado, por cuanto la Sociología Militar ahonda con su conocimiento para dejar claro que el 4F y la Tesis del Recalentamiento del 27N son responsabilidad del alto mando y el poder político.
El golpe del 4F92 atado al 27N92 tiene que ser estudiado con rigurosidad, es decir, por la Sociología Militar, la Polemología y la Trenología, centrándose además en el imaginario del militar. Estos estudios una vez efectuados conducirán a la reconceptualización del estamento militar para contener en el futuro de Venezuela la barbarie, el primitivismo y hasta la locura de hombres que asumen al ingresar a una Academia Militar que el grado final de la carrera militar es la Presidencia de la República.
Finalmente… el 4F y el 27N son una muestra de la conducta alienada, una actitud inmoral y sobre todo la expresión exponencial de la cobardía de las logias armadas, que le permitieron encubrir e igualmente valerse de la institución militar para destruir y conmocionar el sistema político. Pero también, y esto es muy importante, para dejar claro que el futuro estamento militar reconceptualizado del Estado deberá apartarse de la heroización y entender el rol técnico y único del hombre de armas para la defensa del Estado venezolano.
Es auténtico,
Dr. José Machillanda
Director CEPPRO
Caracas, 07/02/2017